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AMLO y Hitler, almas gemelas


. BLAS A. BUENDÍA. ………………………

 Infinidad de interpretaciones políticas vive México en esta época contemporánea, toda vez que en la víspera de la renovación de los poderes federales que, gracias al espíritu constitucionalista de 1917, la Carta de Carranza aun garantiza que la Nación goce de una presumible armonía a través de sus leyes, a pesar de tantos asesinatos que el presidente López Obrador minimiza desde el púlpito mañanero de Palacio Nacional.

Pero México desde siempre ha estado en ciernes, pese a momentos inverosímiles de que ahora un grupo comunista traidor, llegó al poder vía electoral, está empeñado en desaparecer la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, suplantándola con un texto “champurresco”, cuyo bodrio totalmente inservible, le deviene el desastre mundial porque al país no lo bajarán de ser una República bananera, que en el régimen salinista, éste se vanagloriaba de haber convertido al país en una nación de primer mundo.

Como metáfora, un nutrido grupo de votantes había decidido contra el sentido común, votar por un chivo. Por supuesto que los más entendidos en el asunto habían predicho que no era asunto menor, el describir que fuese un animal el que gobernase los destinos de la Nación, tan rica en recursos como generosa con sus ladrones —léase Andrés Manuel López Obrador—.

El primero de octubre del 2024, será un día memorable para la debilidad de la democracia mexicana que nunca ha sido perfecta, debido al continuo surgimiento de camarillas que buscan afanosamente en destruir las instituciones republicanas, que para el presidente genocida Andrés Manuel López Obrador, le faltó tiempo para concluir con la fatalidad de su obra de desgobierno.

Fue alumno nada brillante del priismo del pasado (como diría la raza cobriza, “medio burro”) para administrar a todo un país, al que dejó política y económicamente en ruinas, más aún peor, totalmente crispado mostrando su multifacética personalidad, es decir, “el rostro de un mitómano fracasado”.

A lo largo de su histriónico mandato, hizo y deshizo a su peculio y arbitrio, un histórico saqueo de las riquezas de México. Creó nuevas castas de multimillonarios, particularmente favoreciendo a los parásitos de sus hijos —José Ramón López Beltrán, Andrés Manuel López Beltrán y Gonzalo Alonso López Beltrán—, que como él mismo se encargó de “doctorarse” como un siniestro caudillo revoltoso, en momentos en que el fratricida macuspanense tuvo la sagacidad e inteligencia de enviar a sus “ternuritas” a universidades, mostrando finalmente bajos perfiles académicos.

“El rostro de un mitómano fracasado” —trasciende el sentir popular en el mundo de la plataforma Tik Tok de la Inteligencia Artificial, a través de un artístico diseño de Las Sopas 2024—; el arrastre de un sujeto hábil para mentir, reír como orate de sus vulgaridades que lejos de superar al presidente Benito Juárez, o convertirse en otro Francisco I. Madero, nunca le funcionó, sino por el contrario, fue el hazmerreír de todo México y del propio Planeta.

Este es el rostro de seis años al frente de un país al que le mintió, le prometió y no cumplió; al que lastimó profundamente al quitarle libertad; el derecho a la salud; la seguridad, un lugar confiable para dejar a sus hijos; a mexicanos, a los que les quitó una canasta básica digna, impactándola con una hiperinflación que perdurará por tiempo indefinido… Una pensión que represente el trabajo de años…

El rostro de un hombre al frente de un país que hoy cuenta por miles sus muertos por causas del Covid19, por violencia, por feminicidios y por otros miles números de desaparecidos.

También es el verdadero rostro de la desesperación cuando los mínimos contrapesos, logran frenar las ocurrencias, los caprichos, el autoritarismo; en fin, se trata de un sicópata criminal, de un tirano, de un dictador, de un opresor, de un arbitrario y de un déspota autócrata que goza de inaudita impunidad, gracias a su fuero constitucional.

En la antítesis, los mexicanos no merecen ser castigados con la crueldad del látigo del desprecio que emana del petit socialista que esconde al comunismo sanguinario; todos merecen un mejor México, un mejor gobierno.

“¡Fuera máscaras!” —gritan desesperados y aterrados, millones de mexicanos—; ya no más simulaciones porque de antemano —sin incurrir en apologías—, podría despertar al México bronco por las estupideces cuatreras de una temida transformación.

Una vez cumplida su “misión destructora”, ordenada por el recalcitrante Foro de Sao Paulo, a López Obrador se le debe reclamar y encarcelas por su vinculación —abierta y descarada— con altos personajes del narcotráfico, los cuales se encargaron de ir construyendo un edificio de la criminalidad electorera, que de seguir creciendo como boom, en el mediano plazo deformará aún más el mosaico social, cayendo en manos peligrosas que buscan establecer un narco gobierno.

La suerte de millones de mexicanos entró a una espiral con bandera roja, que en el futuro inmediato, las nuevas generaciones lamentarán los esfuerzos de espiritualidad constitucional que definieron y defendieron para gozar de un México mejor, nuestros ancestros.

La vox populi presume —guardando las proporciones—, que el famosísimo #NarcoPresidenteAMLO, lleva en sus siglas la sombra genocida de Adolf Hitler; fue deslumbrado porque ven en el presidente a un personaje omnímodo, a quien se le arrodillan a los pies, para ser dominados por el cuatrero tabasqueño.

Pero una vez que haya concluido el Sexenio de la Mentira, Andrés Manuel López Obrador sufrirá la bizarría popular, observándolo como un animal político, “un chivo en cristalería”, siguiendo con su cruel afán de destruir la estructura del Poder Judicial tanto federal como locales de las 32 entidades federativas.

El origen de su desfasada venganza, lleno de ira y resentimiento de López Obrador en contra de los impartidores de justicia, se desenvuelve desde su detención y castigado por la policía judicial de Macuspana, Tabasco, tras el asesinato que cometió en contra de su hermano José Ramón, según consta en la averiguación previa TAB-140562-DOC-1122, hechos registrados el 9 de junio de 1969, cuando Andrés tenía 15 años, y José Ramón, 14.

El lamentable suceso fue a la entrada de la tienda “Novedades Andrés”, cuyos dueños eran sus padres, sitio localizado entre las calles Progreso y Primavera.

Imagen integrada. Allí, se encontraba el cuerpo de un joven de apenas 14 años de edad, en medio de un charco de sangre de casi 70 centímetros de diámetro. Su cabeza estaba en dirección a la calle, mientras que sus pies se posicionaron dentro del lugar, como si tratara de escapar.

José Ramón López Obrador había muerto. Una bala le atravesó la cabeza desde la parte baja hasta su oreja izquierda. Una enorme hemorragia y un traumatismo encefálico le provocaron un paro cardiorrespiratorio que lo fulminó casi de inmediato.

Solamente un joven, Andrés Manuel López Obrador, se encontraba dentro del local. Nadie más presenció el hecho. Los ojos llenos de miedo, morbo y adrenalina de los pueblerinos, simplemente veían al adolescente de 15 años que se quedó perplejo por ver a su hermano en el suelo, sin signos vitales.

Varias han sido las versiones sumamente contradictorias que se manejaron en su momento de este caso relevante, que a la postre y que debido a la importancia del personaje, aún existe un interés de conocer más detalles de los Secretos Ocultos de López Obrador, título con el cual este reportero free lance, editó un libro.

La prensa local detallaba que el hermano de AMLO tomó una pistola, la cual había sido otorgada a su padre como pago de una deuda, para jugar con ella, pero en un descuido cayó al suelo y se accionó.

A partir del momento en que acudió al ministerio público para rendir su declaración ministerial a pesar de ser menor de edad, López Obrador iniciaría una enriquecedora carrera delictiva al grado de haberse convertido en presidente de un país que no merecía representarlo por semejantes motivos.

El presunto fratricida aseguraba ante la ley que José Ramón quería realizar una broma a un tal Ramón, empleado de una zapatería cercana, cayendo en contradicciones, siendo presionado a través de “medidas ejemplares” por agentes judiciales, pero su habilidad de mentir fue apremiante para que lo liberaran bajo la influencia de sus familiares con potentados del lugar.

“‘Deja de jugar con esa pistola”, José Ramón le reclamó a Andrés de forma instantánea. “No tengas miedo”, retaba Andrés a su consanguíneo.

Al escucharse la frase “guarda esa arma porque se te puede ir un tiro”, Andrés le espeto a José Ramón: “Lo que pasa contigo es que eres un miedoso. De todo te espantas”, fue lo que reportó el Diario de Tabasco, en su sección Vida y Verdad de la provincia.

Trasciende de igual forma que forcejearon los chamacos, pero la mortal detonación ya había consumado la maquinación del propósito. El hecho es que José Ramón cayó muerto, y Andrés quedó como mudo expectante. No sabía si correr o ponerse a llorar.

En su carrera delictiva, Andrés también acometió y ensombreció a una familia, cuando al calor de un juego de béisbol, le asestó un pelotazo en la nuca a su “amigo” José Ángel  León Hernández, quien fue llevado a un médico porque Pepe presentaba un cuadro de paraplejia cerebral que lo postró en su cama por más de 30 años hasta que murió.

La vida desastrosa de Andrés se enmarcó en el escándalo político y la violencia. Ha sido muy astuto utilizando a terceros “pasa salirse con la suya”. Ingresó a las filas del PRI en Tabasco, se convirtió al paso del tiempo en funcionario gubernamental para auxiliar a sus paisanos en cuestiones de política agraria.

El arte de su destreza fue la suerte. Compitió por la gubernatura de Tabasco

por el PRD, la cual perdió, desprendiéndose cuadros de rebeldía. Previamente había sido expulsado del Revolucionario Institucional.

Luego del PRI, se refugió en el PRD y años más tarde, construyó su propio partido político, llamado Morena, hasta que su persistencia lo postró en la silla presidencial de Palacio Nacional.

Todo lo que toca Andrés, lo echa a perder. Y no es por nada, teniendo las riendas del país en sus manos, cometió el peor desastre que se haya registrado en la toda la historia política de México. Desforestó el gran pulmón de México con la construcción de su obra “faraónica” en la selva lacandona de Chiapas para levantar el llamado Tren Maya, que prácticamente nadie utiliza.

Truncó con su cancelación el modernísimo proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, para levantar una terminal aérea “patito”, el AIFA, que tampoco es de utilidad para los mexicanos.

Su proyección de la Cuarta Transformación quedará como el mal recuerdo de un gobierno que no fue gobierno, sino una camarilla que saqueó y se enriqueció hasta la saciedad, robándose prácticamente el Tesoro de México, es decir, el erario federal.

Las pifias son numerosas, pero todo de lo que López Obrador se comprometió para el desarrollo nacional, quedó en número rojos y en un reguero de miles o hasta millones de muertos por los constantes asesinatos que se han generado en torno al nulo desempeño del narcotráfico que ya opera casi en todo el país.

Ha actuado y lo seguirá haciendo tras bambalinas para ejecutar sus abusos de poder, ahora que Claudia Sheinbaum Pardov —de tendencia judía—, asuma el poder de Palacio Nacional, donde por cierto, será su nueva morada.

Frente a toda esta disyuntiva, un legado literario motivador del filósofo estadounidense Jim Rohn, recrea lo que nunca fue López Obrador, en alusión de atentar contra la autonomía Judicial: “El desafío del liderazgo es ser fuerte, pero no grosero; ser amable, pero no débil”.

La historia está imbuida de innumerables paradigmas, como fue el hecho del ex ministro Paulino Machado y Narváez, quien señaló en Querétaro — la cuna de la Constitución del 17—, cuando se pretendió la elección “popular” de jueces y magistrados.

“El pueblo no puede obrar como un Sinodal que va a ‘examinar’. Obra, principalmente, por la impresión. Es llevado a las Asambleas por los oradores, y los oradores hablan generalmente al sentimiento (…) El magistrado resultará entonces, el representante del interés, y no el órgano de la Justicia” (Termina la cita).

En noviembre del 2023, para puntualizar, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, elocuente traidor a la Corte de México, y adepto al espectro Morena, recriminó contundentemente que el presidente López busque a como dé lugar establecer una elección popular para elegir a los Ministros de este órgano autónomo.

“Creo que no sería adecuado someter a elección popular a jueces y magistrados, porque ellos vienen de una Carrera Judicial. Ellos están en esos sitiales a través de concursos de oposición, los cuales son muy estrictos y muy rígidos. Su vida es el Poder Judicial, porque tienen una carrera, una vocación”.

Ahí —puntualizó— “a mí me parece que no sería viable, ni posible, ni plausible tratar de generar que más de mil 500 juzgadores federales, (pudieran) ser electos popularmente”.

 

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