Ciclo descendente actual del gobierno de AMLO, pone en peligro a México.

Luis Rubio viene a recordarnos una ‘ley de vida’ (política): todos los gobiernos, en México y en el mundo, siguen un ciclo natural que comienza con grandes esperanzas y promesas, asciende en la medida en que se consolida y luego empieza a declinar en paralelo con los albores de la sucesión que inexorablemente llega.

Y, ni hablar, el ciclo descendente del actual gobierno ya está aquí. ¿Cuáles son y serán sus señales? Eso está por analizarse (aunque Luis aporta algunas claves).

Aunque el mal del sistema político mexicano es el engolosinamiento del poder en los sucesivos presidentes, una ‘complejidad extra’ se advierte en el gobierno de López Obrador: no parece darse por enterado que el final llega, y es inexorable

Lo que queda es un gobierno que no pensó en sembrar un mejor futuro, que cifró su destino en tres proyectos costosísimos sin mayor viabilidad y que apostó por la personalidad del presidente en lugar de cambiar la realidad cotidiana.

Lo que sabemos que NO sabemos sobre la sustentabilidad de Pemex y CFE.

Se viene un impulso a la inversión en energías renovables, si nos atenemos a las declaraciones del presidente y el secretario de Relaciones Exteriores. Muy bien.

¿Significa eso que la sustentabilidad se convertirá en un pilar fundamental de la política energética? Para contestar eso, hay que ver con lupa la responsabilidad corporativa de nuestras empresas productivas del Estado, Pemex y CFE, y la manera en que afrontan (o no) los riesgos ambientales y sociales que sus actividades desencadenan.

Y eso es lo que precisamente hacen, como resumen sin desperdicio, Ana Lilia Moreno y Viviana Patiño en este artículo para Animal Político, al tiempo que exploran: ¿se puede saber a ciencia cierta cuánto contamina, en términos de gases de efecto invernadero, la muy opaca CFE?

Y si el tema les interesa (como le debería interesar a cualquier persona preocupada por la viabilidad de este país), no se pierdan el estudio de caso que acabamos de publicar, donde ponemos el mismo tipo de lupa a una de las plantas industriales más contaminantes: la central termoeléctrica de Tula. Lean La responsabilidad corporativa de CFE, a prueba.

Habemus nueva consejera de la judicatura federal: ¿quién es y qué tan transparente fue el proceso?

Tras sendas comparecencias de tres finalistas, cuatro rondas de votación y un receso decretado por el presidente de la Suprema Corte, fue designada consejera de la judicatura la magistrada Lilia Mónica López Benítez.

Ustedes saben que hemos seguido más de cerca que nadie este proceso de designación en el seno del Poder Judicial federal. Estamos convencidas que la calidad del gobierno judicial, y por consiguiente de la impartición de justicia misma, depende de que lleguen a estas instancias las personas adecuadas.

Así, creamos un micrositio en el que publicamos todo lo que hay que saber, desde el punto de vista ciudadano, sobre el proceso de designación de la consejera.

En particular, desplegamos la información relevante sobre cada candidata, a partir de información oficial y pública. Allí pueden ustedes consultar el perfil de la magistrada López Benítez.

Pero hay más: publicamos un par de artículos sobre la calidad misma del proceso: “En el CJF: más paridad a cambio de más opacidad” y “Una nueva consejera de la judicatura federal elegida sin participación ciudadana”. ¡Y es que hay que cambiar muchas cosas para mejorar estas designaciones!

¿Hay una salida al laberinto de los datos sobre violencia contra mujeres y niñas

No basta contar por contar: vivimos una crisis de violencia que desaparece a siete mujeres y asesina a 11 diariamente, pero este dato espeluznante no sirve de nada si de él no surge conocimiento estadístico preciso que permita guiar políticas públicas.

En este artículo Paulina Covarrubias demuestra que los datos sobre violencia contra mujeres y niñas se generan con materia prima heterogénea y de calidad variada, y producen un laberinto complejo, muchas veces revictimizante e incapaz de lograr una coordinación interinstitucional. ¿Cómo se pueden mejorar? ¿Se puede salir del laberinto? No leerá una propuesta más seria, técnica y sensible que ésta…

EL DATO. Al mes de abril, la austeridad se ha cebado de nuevo en la Secretaría de Salud: se registra un retraso en el gasto programado de 31% (18.7 mmdp), el mayor tanto en magnitud como en porcentaje de los últimos cinco años para el mismo periodo. Tal recorte ha arrojado a la dependencia a su peor nivel de ejecución de recursos en una década.

Conoce a fondo la crisis fiscal de la salud pública en nuestro país, en los más recientes Números de Erario.