CUARTO DE PLANA

. HÉCTOR RAMOS A. ……………………………………………….

MEDIOS DE CONTROL- Platicando con el buen amigo Carlos Pozos me enteré con gusto que pronto culminará la tesis con la que obtendrá el título de Maestro en Periodismo Político, un trabajo académico de más de 250 páginas, según me cuenta, vinculado al ejercicio periodístico, profesión a la que hemos dedicado gran parte de nuestra vida, de ahí la coincidencia que tenemos sobre ésta profesión, que no oficio.

Coincidimos en que el periodismo es un ejercicio libre de la expresión y de las ideas, cuando no tienes el yugo de los directivos que te dicen que debes escribir o de un gobierno que somete para que no informes lo que investigaste, como sucedió años atrás. Basta decir que, en su momento, el periodismo que se ejercía nos robó la verdad para hacerla negocio.

Sin embargo, concordamos que gobernar diferente y en apego estricto a una democracia, como hace el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha tenido resistencias y diariamente es denostado en todos los espacios electrónicos y de prensa escrita, a pesar de que se respeta la libertad de expresión y sin que a ningún periodista se le mande a callar, ni menos desaparecer.

Esa libertad de expresión ha servido para que todas las voces se escuchen, pero no en el sentido que muchos lo pensamos. Los medios de comunicación no privilegiaron la información, sino el dinero que recibían en jugosos contratos millonarios de su cliente principal: el gobierno en turno.

Esa relación perversa que unos y otros mantuvieron en donde uno daba y el otro callaba, hoy se repite, solo que el cliente ya no es el gobierno, sino el poder económico.

Los medios como empresas periodísticas marcan su línea editorial a satisfacción de sus intereses, aunque esto signifique una alteración de la información en perjuicio de la veracidad con que debe llegar al lector o a la audiencia.

Los conductores de los medios electrónicos se han convertido en manipuladores porque saben que crean opinión pública, por lo que, a toda la información política, social, de seguridad, la que sea, hacen un comentario con una carga ideológica para decirle al auditorio lo que deben pensar.

Dictarle que está bien y qué está mal.

Decía Kapucinski, “El problema de la radio y de la televisión es que no necesario mentir: podemos limitarnos a no decir la verdad, es muy sencillo, omitimos el tema”. Claro está, si una noticia que es buena para un gobierno es mala para los medios y no la dicen y el auditorio solo recibe lo que los dueños quieren que reciban de información. Si no se habla de algo que sucedió, simplemente no se existe para el lector, para la audiencia, no se entera.

Es un control informativo desde los medios fue utilizado en la década de los 60tas y 70tas cuando se creó la Agencia (Estatal), Mexicana de Noticias, conocida después como Notimex, con Díaz Ordaz en agosto del 68, para la cobertura de los Juegos Olímpicos y ante la inestabilidad política que vivía el país por los movimientos estudiantiles.

Operó sin dar cuenta informativa de lo sucedido la noche del 2 de octubre en Tlatelolco y el jueves de Corpus del 71, cuando se violentó criminalmente la lucha estudiantil a balazos y toletazos a manos del Estado Mayor y grupos paramilitares. Notimex omitió el tema.

Después, en los 80tas, el Estado mexicano se hizo de más medios: del canal 13 y 7, creado como organismo público descentralizado, para convertirlo en el Instituto Mexicano de la Televisión, Imevisión; del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) y el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

Estos medios estatales de difusión gubernamental sirvieron en el 88 y en los años sucesivos, para limpiar y mantener la imagen gubernamental. En particular Notimex que, en épocas electorales donde la oposición era un factor preocupante para el gobierno y su partido hegemónico PRI, desde sus oficinas salía la orden a los reporteros de la agencia y de canal 13, de que se grabaran todas las conferencias y entrevistas de los candidatos de la oposición.

Desconozco que trato se le dio a toda esa concentración de información, pero lo que, si queda claro, es que sirvió al régimen para control y espionaje político. Lo lamentable hoy no es que desaparezca Notimex como agencia, sino la pérdida de su fuente laboral de compañeros reporteros, por lo demás, no creo que sea para extrañarse.