Cuba podría anexarse al Pacto Federal de México, estableciéndose como el estado número 33

. BLAS A. BUENDÍA. ………………………………….

A pocas semanas que Andrés Manuel López Obrador abandone el poder del Ejecutivo mexicano, y dejar esta herencia a la candidata Claudia Sheinbaum Pardo las redes sociales han presentado un esquema de series controversias diplomáticas en el sentido que Cuba podría anexarse al Pacto Federal de México, estableciéndose como el estado número 33.

Ese tipo de acciones podría repercutirle en el futuro inmediato en su contra, porque los Estados Unidos de Norteamérica decretaría medidas coercitivas como un bloque comercial debido a su abierta y descarada encrucijada por apoyar a la cuna del socialismo, con tendencias comunistas, en América Latina.

Pese a ello, las relaciones entre Cuba y México han sido sólidas y continuas desde su establecimiento en 1902. Ambas naciones comparten lazos históricos y culturales, y han mantenido relaciones diplomáticas ininterrumpidas.

A lo largo del siglo XX, México fue uno de los pocos países en América que no rompió relaciones con Cuba tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro Ruz, un guerrillero que tras asestarle un golpe de Estado a Fulgencio Batista, en lugar de llevar bienestar a su pueblo, con el paso del tiempo lo postró en vergonzosos y grandes cinturones de pobreza y miseria.

Para muchos cubanos es como un Déjà vu de una experiencia muy traumática. Ese tipo de paramnesia forma parte del reconocimiento de alguna experiencia que se siente como si se hubiera vivido previamente, es decir, básicamente se trata de un suceso que se siente que ya ha sido vivido.

En ese tenor, la isla vive una contracción económica que ha durado por años, afectando la producción de alimentos, la disponibilidad de medicinas, acompañada también de una altísima inflación de tres dígitos.

El peso se deprecia constantemente. Hay apagones. La economía no tiene un aliado internacional que permita un alivio financiero. También hay una emigración masiva y protestas sociales, como las que se han registrado en los últimos años, tras la física desaparición de su alegórico líder Fidel Castro.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció en su cuenta de Twitter (hoy “X”) que "varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos", pero acusó —como todo autócrata—, a los enemigos de la “revolución” de intentar aprovechar este contexto con fines desestabilizadores, cosa que no está equivocado.

En 2022, durante la visita oficial del presidente Andrés Manuel López Obrador, los gobiernos de México y Cuba acordaron intensificar acciones para fortalecer aún más sus relaciones bilaterales que, para Estados Unidos, tampoco aprecia este tipo de tendencias ya que ante las marrullerías y mentiras del mandatario mexicano, sus acciones se convirtieron en nada confiables por su asociación con el comunismo soviético recalcitrante.

En un encuentro reciente, representantes de ambos países también abordaron temas relacionados con el flujo migratorio y la lucha contra la trata de personas.

Así que, la unión entre Cuba y México sigue siendo sólida y fraterna que, pese a ello, en fechas recientes, la Casa Blanca sigue sin aceptar que su vecino del sur continental, siga prestando ayuda a la isla caribeña donde, a través de videos, se exhibe a una Cuba destrozada por el tiempo, como si se tratara de haber sufrido los vestigios de una guerra, originando que hasta hoy en día, las corrientes migratorias hayan invadido territorio mexicano para alcanzar el sueño dorado de Gringolandia.

En un video denominado Corazones Gemelos, desarrollado desde una residencia de Cuba, se devela cómo Cuba se ha convertido en el estado 33 de México por una razón aterradora que sorprende a medio mundo.

Este mecanismo ha generado una gran controversia y especulación debido a sus posibles implicaciones políticas, económicas y sociales. Desglosa detalles de esta sorprendente noticia y analiza sus posibles consecuencias para México, Cuba y la región.

Recientemente, el colectivo poblacional ha anunciado que Cuba se ha “integrado” como el estado 33 de México debido a una serie de eventos inesperados y alarmantes. Este video examina las circunstancias que llevaron a esta decisión, la aterradora razón detrás de esta unificación y las reacciones de la comunidad internacional. Además, se discute a nivel internacional, cómo esta declaración podría transformar la dinámica política y económica de la región.

Expertos en política internacional, economía y relaciones diplomáticas han analizado las posibles motivaciones de México y Cuba para esta igualdad, las repercusiones legales y políticas, y cómo este cambio podría afectar las relaciones con otros países. También exploran las posibles respuestas de las potencias mundiales y las organizaciones internacionales ante esta impactante noticia.

Además, se analizan las implicaciones sociales y económicas de la declaración de Cuba como el estado 33 de México, incluyendo el impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos cubanos y mexicanos, las oportunidades de desarrollo económico y los desafíos que podrían surgir.

Dicho video —que se puede consultar en la dirección https://youtu.be/0M7EE-o-JHo, el cual tiene una duración de 26 minutos 58 segundos—, proporciona una visión profunda de los desafíos y oportunidades que surgen a partir de esta histórica declaración del estado 33, que si bien es definida como “crucial”, tendrá sus discrepancias para el futuro de la región y del mundo.

“Tan cerca y tan lejos de México” —300 kilómetros de distancia entre Cuba y México—, afirman personas que han padecido en carne propia la crisis más critica que ha vivido el país isleño caribeño, cuya población, paradójicamente, continuamente recibe cajas de comestibles para salir del bache, y evitar los fenómenos de la hambruna.

La extravagancia de esta controversial medida del estado 33, es que infinidad de sectores productivos mexicanos han protestado desde que se produjo la pandemia del Covid19, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador, en lugar de velar por el bienestar de los 132 millones de mexicanos, equivocó su política humanitaria al enviar a Cuba productos mexicanos, cuando debió haber comenzado “con los de casa”.

López Obrador ordenó enviar respiradores a Cuba en momentos cruciales en que millones de mexicanos fueron discriminados por su propio mal gobierno; la pandemia cobró la vida de más de cinco millones de personas, según estadísticas extraoficiales, cuando el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, maquilló las cifras de millones de decesos, por miles.

Según el INEGI, en México murieron 424 mil 509 personas por COVID19, casi 100 mil más que los 327 mil 261 que la Secretaría de Salud había reportado.

Pese a ese negro historial, y ante la evidencia de que el fratricida Andrés Manuel López Obrador se transformó en un auténtico genocida, el costeñito macuspeco sigue enviando ayuda a Cuba contra las reglas del imperio gringo.

Necesario rememorar que entre 1952 y 1959 la isla de Cuba fue gobernada por el político y militar cubano Fulgencio Batista y Zaldívar después de un Golpe de Estado que propinó el 10 de marzo de 1952, apoyado por el gobierno de los Estados Unidos, el cual le proveyó de armas. Batista intervino las elecciones que se tendrían que llevar a cabo el 1 de junio, desconoció a los demás partidos políticos y de esa manera se impuso en el poder.

Batista —el siervo de los gringos—, fue presidente de Cuba entre 1940-1944 y entre 1952-1959, era conocido como “El Hombre” o “El Indio” por sus adeptos, y como "El Sátrapa", por sus enemigos.

Fue gracias a Fidel Castro que la isla caribeña pudo liberarse de uno de los gobiernos más opresivos de su historia gracias al movimiento armado organizado por él, su hermano Raúl Castro y el “Che” Guevara: la llamada revolución cubana.

Fue un levantamiento en armas del movimiento revolucionario cubano que derrocó al gobierno del tirano Fulgencio Batista, conllevando al poder a Fidel Castro. La rebelión se inició en 1953 y duró seis años, hasta que en 1959 la organización guerrillera logró imponerse sobre el ejército estatal.

Una vez en el poder, Fidel Castro estableció una dictadura en Cuba. En sus primeros años de gobierno, se dedicó a transformar la economía y la sociedad cubanas. Estatizó la economía y nacionalizó las principales industrias y empresas de servicios.

Además, expropió los latifundios y repartió la propiedad de la tierra entre los campesinos —operaciones que podrían poner en agonía a millones de mexicanos si el nuevo gobierno que encabezará la judía Claudia Sheinbaum, se  propone en seguirle el juego con el “segundo piso” de la Cuarta Transformación—.

Aquéllas y dichas medidas, perjudicaron los intereses económicos que Estados Unidos tenía en Cuba, por lo que el gobierno norteamericano intentó derrocar al régimen revolucionario. En consecuencia, Castro se alió con la Unión Soviética (principal enemigo de Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría) y acentuó los rasgos comunistas de su gobierno.

Desde la revolución cubana, el país se mantuvo bajo un régimen dictatorial comunista. Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, la economía cubana entró en crisis y se desató una época de hambruna y pobreza. Después de medio siglo, Castro gobernó hasta 2006, año en el que delegó el poder a su hermano Raúl, por problemas de salud y edad avanzada.

La revolución cubana es considerada como un evento de importancia a nivel continental y mundial. Se convirtió en un símbolo de las luchas antiimperialistas de América Latina y de los movimientos de izquierda revolucionaria, pero lo más dramático de Fidel, conllevó a la ruina a Cuba, sin lograr su desarrollo social y tecnológico porque hasta hace poco, se prohibía que sus conciudadanos se comunicaran a través de la red de Internet, instrumento que consideraban “espía” del imperio gringo.

Esa, y muchas otras cosas más, siguen siendo la perversidad de un gobierno que si no lo inventó Walt Disney, si tuvo al frente a un dictador gritón, con tendencias comunistas que para miles de cubanos era una burla que Fidel Castro se atreviera a echarle cenizas de su puro a portaviandas con productos marinos, cuando su pueblo fue muriéndose paulatinamente por la hambruna en la que se desenvolvió.

El gobierno de Cuba se ha caracterizado por ser un típico estado socialista, con una socialización de los medios de producción. Su misma constitución establece que Cuba es un estado socialista de forma irrevocable, impidiendo cualquier modificación del régimen socio-económico. Pero no hay cáncer que dure 100 años.

Pobre de aquel opositor que criticara o mostrara oposición porque era enviado al paredón para ser fusilado. Los cubanos siguen estando ciegos por el socialismo que los mata día, con día; pareciera que a cada uno se les implantó un microchip cerebral manipulador, para mantener su “convencimiento socialista” y hacerles creer que el enemigo número uno sigue siendo Estados Unidos.

Su estatus político es de verse sometido por las botas del militarismo sanguinario, so pena que la migración de cubanos sigue siendo interminable a todas partes del Planeta.