Desleal 30 empresas petroleras de siete países acaparan franquicias

. BLAS A. BUENDÍA. ………………………………………………

La comercialización de los productos de la industria petrolera que data desde la expropiación que por decreto ejerciera el presidente Lázaro Cárdenas del Río el 18 de marzo de 1938, pasando a manos del Estado Mexicano, ha tenido a través de los tiempos una serie de transformaciones que han sido útiles para el desarrollo nacional.

Antes de ese periodo, el Estado mexicano pese a su fuerza como gobierno, ha permitido la aparición de consorcios gasolineros que han acaparado las franquicias para explotar el sistema de Contratos y Abanderamiento, estableciéndo además, una competencia desleal de los hidrocarburos en México.

Contrastando con la riqueza que posee la paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX), se tiene documentado que el Consorcio G500, que aglutina en promedio mil 800 estaciones gasolineras en el país, estableció un joint venture con la firma energética Glencore, que fortalece las operaciones de la compañía con un acuerdo de abastecimiento de combustible de largo aliento, además una inversión para crear una franquicia en conjunto.

— (A manera de ilustración, una joint venture es una empresa cooperativa temporal, establecida por dos o más entidades comerciales, con el propósito de desarrollar un proyecto o actividad comercial específica. En una joint venture cada una de las partes tiene responsabilidad sobre las pérdidas, ganancias, inversiones y costos asociados a la empresa.)

Según estadísticas en la materia, los contratos no son totalmente atípicos, pero sí parcialmente al estar dotados de una regulación fragmentaria e incompleta, referida fundamentalmente a aspectos relativos a normas de competencia, registro de franquiciadores, información precontractual y contenido mínimo o esencial de las prestaciones de los contratantes, que lo caracteriza como una modalidad de los contratos de distribución.

En torno a todo este concepto, el magistrado civilista Élfego Bautista Pardo, en su espacio Así es el Derecho, explica el método sistemático en relación a los llamados “Contratos y Abanderamiento”.

Señala que según su modelo de gestión, las estaciones de servicio de suministro de combustibles y carburantes en México, pueden ser libres o Abanderadas, lo que dependerá de si hayan o no celebrado contratos para esto último.

Precisa que el Contrato de Abanderamiento es el acto jurídico que establece una relación de carácter mercantil entre el titular de una estación de servicio y la compañía que suministra dichos productos, la cual se compromete al Abanderamiento de la estación con su imagen comercial y a prestar asistencia técnica y comercial.

El magistrado Bautista Pardo, explica, además, que los Abanderamientos incluye el compromiso del propietario de la estación a que el proveedor tenga en exclusiva el suministro de mercadería, la reposición mensual mínima de las existencias y la aplicación de la identidad visual de la marca del proveedor en todo el establecimiento por un periodo preestablecido, lo que implica una franquicia en la que el dueño del establecimiento fima acuerdo con una empresa propietaria de la marca para vender productos que cuentan con la calidad de un proveedor ya garantizado en el mercado.

—(Es de reseñarse que el concepto de “fima”, refiere al impulso y visibiliza las acciones e iniciativas gubernamentales y empresariales enfocadas a la gestión ambiental, es decir, el extremo cuidado del medio ecológico.)

La ventaja de tener una estación Abanderada —afirma el Jurisconsulto— reside en la relación comercial que se entabla mediante la firma de un contrato con la empresa de distribución de combustible y carburante, lo que implica orientación y apoyo financiero, ya que cuenta con asistencia técnica, con recomendación de proveedores y, mediante negociación, con recursos financieros de la distribuidora con la que se vincula en lo que se refiere al proyecto y la compra de equipos, y con calidad del producto.

Ya que las empresas propietarias de las Banderas —añade— invierten inmensas sumas en investigación y tecnología para garantizar combustible y carburante más eficientes y con menor impacto sobre el medio ambiente, en marketing y publicidad, lo que representa enorme ventaja a la hora de garantizar la atracción de potenciales clientes, y cuentan con inteligencia de negocios, ya que las grandes corporaciones que venden combustible y carburante no sólo son especialistas únicamente en distribuirlos, también conocen el mercado y sus necesidades.

Sin embargo, el magistrado Élfego Bautista reconoce que la desventaja del Abanderamiento consiste precisamente en la exclusividad del abasto, pues estar atado a un proveedor significa tener que aceptar los precios que él estipula y aceptar los términos de negociación, lo que trae como consecuencia que la estación no cuente con la posibilidad de buscar precios más atractivos y adecuados a su situación financiera; “la estación debe atenerse a los precios estipulados y de esta forma puede perder muchos clientes, los cuales pueden preferir una estación cercana que tenga precios más bajos. Al no permitirse mucha flexibilidad con relación al precio final, la Abanderada puede verse fácilmente superada por la competencia”, destacó.

Es importante señalar que las estaciones libres son las que carecen de relación comercial establecida, lo que puede resultar ventajoso, pues al no firmar contrato de asociación con la revendedora, pueden gestionar su negocio sin la intervención de un poderoso agente externo, libertad que implica autonomía en los negocios para flexibilizar factores que abarcan desde la identidad visual de la estación hasta la capacidad de elegir el portafolio de productos y servicios que ofrecerán.

Además pueden comprar combustible y carburante al proveedor que les ofrezca el mejor precio, pero deben evaluar la calidad de la mercadería”, mencionó.

Asimismo, revela que las desventajas que enfrentan esos Abanderamientos, implican la dificultad en las negociaciones, ya que pueden tener complicaciones para encontrar un proveedor interesado en venderles a un precio justo, en tanto que las Abanderadas hacen valer sus contratos de suministro y logran garantizar el reabastecimiento de sus existencias antes de que cambie el precio de los productos, por lo que pocas distribuidoras se arriesgan a negociar un alto volumen con un contratista independiente.

Lamentablemente, admitió que las estaciones libres no cuentan con apoyo financiero y los equipos que suministra la distribuidora de combustible y carburante a las Abanderadas, lo que origina que el capital inicial para que funcionen sea mucho más elevado; además, frecuentes casos de combustible adulterado las convirtieron en enorme fuente de desconfianza en cuanto a la procedencia de su combustible y su carburante.

El magistrado Élfego Bautista Pardo —titular de la Tercera Sala Civil del Poder Judicial de la Ciudad de México—, consideró finalmente que “en tanto existan más estaciones libres podrán ofertarse precios más accesibles en beneficio de los usuarios, y si bien esto implica un procedimiento costoso sostenido en su mayoría por grupos gasolineros grandes, debe impulsarse la economía de los empresarios interesados en aumentar su fuerza económica para solventar los gastos que conlleva el Abanderamiento de sus estaciones para poder ofertar al público un precio final justo y competitivo.

Conforme a la histórica licitación para explorar hidrocarburos, en México existen 12,903 estaciones de servicios las cuaáles comercializan 277 marcas de gasolina, perteneciendo a 30 empresas petroleras de siete países diferentes, hasta el régimen del presidente Enrique Peña Nieto. En tanto, la industria mexicana cuenta con 258 plataformas petroleras a nivel general, particularmente en mar abierto.