El presidente y sus actos de arbitrariedad, escudándose 4T

. BLAS A. BUENDÍA. ………………………………………..

¿Que representan los Traidores a la Patria cuando pretenden acabar con las instituciones republicanas que por años se forjaron para beneficio no solo de la Nación, sino en el desarrollo propio de millones de mexicanos?

Y más aún, esos asaltantes mugrosos izquierdosos que con base de astucias llegaron al poder engañando al electorado de que “serían diferentes a los gobernantes del pasado” —cosa que no fue cierta, sino resultaron ser los peores cleptocráticos que haya tenido la historia de México—, evidentemente nunca se renovaron las causas, sino que la famosa Cuarta Transformación (4T) ha sido un total fracaso, porque en lugar de ir hacia adelante, México camina hacia una degradación.

Como referente a lo anterior, Cleptocracia (del griego clepto, 'robo'; y cracia, 'poder' = dominio de los ladrones) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico. Es un término de reciente acuñación, y se suele usar despectivamente para decir que un gobierno es corrupto y ladrón.

La respuesta es contundente, advirtió la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, que preside el reconocido abogado penalista Alberto Woolrich, quien de manera resumida, hace un recuento del valor intrínseco que tiene la Constitución de México.

De acuerdo a los artículos 123, 124 y 125 del Código Penal Federal, Traición a la Patria significa realizar actos contra la independencia, soberanía e integridad de la Nación.

Por consiguiente, la 4T ha permitido que haya una revolución entre narcos contra una sociedad indefensa, donde las fuerzas armadas, cuan cobardes, no hacen nada por defender a México.

Se tienen registrados actos de hostilidad bélica, espionaje, atentados contra la integridad territorial, propiciamiento o facilitación de invasiones al país, actos separatistas, colaboracionismo con el invasor, reconocimiento a gobiernos instalados por éste último, participación en actos de quinta-columnismo, donde un conjunto de personas potencialmente desleales a la comunidad en la que viven, son susceptibles de colaborar de distintas formas con el enemigo.

La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, avizora, en este mecanismo de destrucción por parte del actual Jefe del Ejecutivo federal, “una tempestad política y publicitaria en contra de nuestra Carta Magna, misma que ha sido auspiciada por los líderes de la Cuarta Transformación de la Nación, desatándose ese malestar por motivo de que la Suprema Ley le ha puesto e impuesto coto a los actos de arbitrariedad”.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos —precisa el jurisconsulto— tiene todo el derecho de poner fin a la ineptitud en la forma de gobernar, ya que esa gobernanza no satisface ni las aspiraciones, ni los intereses, ni los ideales que se contienen en su articulado. Atentar contra la Carta Magna, es no tener un nacionalismo inmaculado.

Sentencia que el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos carece en puridad del Derecho a criticar dialécticamente el espíritu de la Carta de Carranza, toda vez que nuestra Ley de Leyes fue una aplastante decisión democrática del Congreso Constituyente de Querétaro, ante la cercanía de conmemorarse un aniversario más relativo a la promulgación de la Carta Magna.

“Es un hecho evidente que la Suprema Ley modificó en toda la vida jurídica, social, económica y política de México y que la proclamación de los derechos sociales en ella contenidos se ha venido robusteciendo durante décadas, desde su acto de promulgación hasta los inicios de la narco-política, misma que pretendió y pretende su destrucción”, abundó el estudioso en materia del estado de Derecho.

Cabe recordar —apuntó— nuestros Legisladores Constituyentes, con su gran saber, crearon en el ayer, nuevos derechos fundamentales, que modificaron la estructura del Estado Mexicano. En pocas y profundas palabras desde antaño, se presentaron rasgos de nuevos conceptos vitalicios de Estado y de Derecho, los cuales ni aún la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador, podrán destruir.

Como bien sabemos en la República, el Estado de antes de 1917 era arbitrario, indolente, corrupto, selectivo, imprudente; el que creó la Carta de Carranza en 1917, fue consolidar la rectoría de legalidad del Estado, se le encomendaron acciones que tenían y mantienen como objetivo lograr el bienestar del pueblo, encontrando el soporte del Estado de Derecho, ese Pacto Federal contiene un derecho cercano a la vida social.

“México comprende que el espíritu de nuestra Norma Suprema nos llama a proteger la vida política del País, así como a sus grandes masas, para evitar con ello que se retomen viejos ideales como arbitrariedad, indolencia, indecencia, corrupción, selectividad, imprudencia, ocurrencia, desvarío. En ese documento histórico, el Derecho de unos se hace extensivo a otros”, certificó el abogado Woolrich.

Enfatizó que las acciones fecundas de nuestra Constitución Política demuestran la equivocación que pueden sufrir los gobernantes al pretender crear una nueva Constitución, es decir, el bodrio pejista.

“Nuestro sagrado Pacto Federal tiene gran fuerza en la vida política de México, mucha más fuerza de la que pueda tener una mala gobernanza dogmática”, y su coraza radica en su último articulado, es decir, el bendito 136, en el cual se alerta:

“La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que la Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona (léase la 4T), tan pronto como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia. Los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, así como los que hubieren cooperado a ésta, serán juzgados con arreglo a la Constitución y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido”.

Al respecto, Alberto Woolrich ratifica: “Si nuestra Ley de Leyes en su momento logró transformar de forma radical la vida de nuestro México, es por ello que las masas liberales o conservadoras, reaccionarias o revolucionarias, izquierdistas o derechistas, iletradas o letradas, nos inclinamos reverentemente ante ella, por eso la veneramos creyentes o libres pensadores, ya que todos comprendemos que como ideario político evitará las confrontas armadas que en el futuro se sienten venir”.

Por ello —determinó— mejor hablemos y respetemos a nuestra Constitución”, ahora que este lunes 5 de febrero se conmemore su 107 Aniversario en el histórico pleno del Constituyente del 17, en la ciudad de Querétaro, Querétaro, esperando que el presidente Andrés Manuel López Obrador no vaya a cometer otra torpeza en desaparecerla, porque si lo hace, quedará en la historia que México fue gobernado por un delincuente de banqueta y pacotilla.

“¡Es cuánto!”, puntualizó el abogado Alberto Woolrich Ortiz. En el colofón de estas referencias históricas, es necesario apuntalar que la Constitución de 1917 de los Estados Unidos Mexicanos, fue ratificada el 31 de enero de 1917 y promulgada el 5 de febrero de ese mismo e histórico año, reemplazando sus funciones a la existente desde 1857, prevaleciendo a lo largo de 140 años la tiranía y opresión de un sistema oclocrático embarrado por el fenómeno de la kakistocracia, que hoy en día López Obrador abandera cuan Traidor a la Patria.

De diciembre de 1916 a enero de 1917, se discutió el proyecto de la vigente Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro.

El Ordenamiento Jurídico rige a la República Mexicana hasta el día de hoy, y es el Documento que ha sido el pilar de nuestra identidad nacional, la base de nuestro sistema jurídico, el guardián de nuestros derechos y libertades, hasta en tanto que no haya un loco que busque seguir destruyendo la República, ahora que busca afanosamente en instaurar un peligrosísimo régimen comunista, que sería el placer del narco presidente Andrés Manuel López Obrador, obstaculizar las libertades consagradas desde hace 107 años en México.