“El tribunal de mi conciencia…”,otro artificio de Andrés Manuel

………..BLAS A. BUENDÍA …………………….

“El tribunal de mi conciencia”. ¡Qué es eso!. Andrés Manuel López Obrador, en el inminente final de su fallido sexenio, emulará a su “hermano” de pensamiento, José López Portillo, quien de forma teatral salió con el cuento que “defenderé el peso como un perro”, a unas horas de terminar su periodo presidencial, el cual estuvo marcado, también, por el despilfarro, la corrupción y las múltiples promesas incumplidas.

Futurólogos aseguran que López Obrador, en sus réquiems mañaneros, seguirá reiterando su culpabilidad que el “boletín del conservadurismo” que viene promoviendo en su contra el periódico Reforma, que es uno de tantos aliados entre los editores de los diarios de circulación nacional, es para obligar al Ejecutivo federal les autorice la publicidad oficial, y así, apaciguar los ánimos de quienes supuestamente lo ataca.

Pero lo arrogancia de López Obrador es suprema, no da su brazo a torcer ya que, como lo ha hecho desde que era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, tampoco dio un céntimo a los medios de comunicación para el sustento cotidiano de sus necesidades como son los insumos que debe sufragar cada rotativo, salvo los chayotes que le siguen cayendo a la dueña del periódico La Jornada, Carmen Lira, quien luce costosísimos bolsos Prada, que es una de las marcas clásicas de gran reputación existentes en el mercado para fifís.

Fuera de ese rotativo, ningún otro medio percibe las prebendas multimillonarias que recoge la señora Lira —que por cierto es comadre de grado del C. Presidente de la República y benefactora de Andrés cuando éste andaba de agitador, andrajoso y muerto de hambre—.

Las carretillas de dinero que circulan en torno a la sede de ese rotativo, contrastan con los bajos salarios que perciben sus trabajadores y quienes son explotados por ella y el mismísimo control que tiene del comité directivo Editorial del rotativo.

Una de las cualidades que desconoce la sociedad, si bien la política sigue siendo el mejor negocio redituable para quienes tienen el control de las nuevas Mafias del Poder que van apareciendo en cada sexenio, López Obrador guarda un propio coraje en contra de la prensa independiente, porque no ha podido abolir la libertad de expresión consagrada en los artículos 6º. y 7º. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Es de lamentarse que día a día se queja de todo; Andrés Manuel López Obrador viene mostrando su plena ineficiencia como Primer Mandatario de la Nación, no es tan solo porque lo atacan al no autorizar el apoyo publicitario a los editores de los medios de comunicación como se venía haciendo desde épocas remotas, sino que carece de un verdadero operador político para mediar con la prensa nacional.

El responsable de esta área, Jesús Ramírez, omite la existencia de los medios, salvo los que presumen ser periodistas que acuden en los días hábiles a las conferencias matutinas, para hacer preguntas insulsas.

Cuando se le escuchó decir envalentonado la frase “el tribunal de mi conciencia” —que es simple y llanamente otro artificio de Andrés—, en su más reciente mañanera donde, por cierto, se vio la presencia del recalcitrante periodista Jorge Ramos —la horma del zapato del Ejecutivo—, éste lo sometió a un interrogatorio que López Obrador acabó diciendo barbaridades. Se enredó con “sus otros datos”, que fue inmediatamente reprobado por el “pueblo que manda”.

El Ejecutivo omitió verdades referentes a cuál es la situación que prevalece en todo el país en relación a la seguridad nacional, cuando a lo largo y ancho del territorio nacional, se han registrado más de 270 mil homicidios dolosos, cifra que lo ubica como un récord para Guinness que sustentan el fracaso de un gobierno surgido de la Oclocracia, que ni siquiera opera ni con las rodillas, y mucho menos con la inteligencia.

Ciertamente, como diría el ex presidente Vicente Fox, el fratricida de Tepetitán-Macuspana-Tabasco, ya no sabe ni qué responder a los crudos cuestionamientos de los verdaderos periodistas que son “invitados” ocasionalmente a las mañaneras, terminando con un entrecejo fruncido por no saber responder con legitimidad lo que viene haciendo su mala administración.

Pese a todo ello, el Peje Lagarto sigue ocultando, en su closet a sus propios cadáveres, la verdadera historia de la tragedia que le ocasionó a su familia cuando asesinó de un balazo a su hermano José Ramón.

Ya es tiempo que Andrés —el cobarde matoncito— se despoje de su cinismo y hable claro, porqué demonios mató a su hermano Ramón, si es que si acaso tiene la ligereza de conducirse con la verdad, por aquella otra frase que ha causado risa y vergüenza, “¡el tribunal de mi conciencia…!”

Por lo tanto, la completa degradación para el tristemente célebre líder de la 4T —que lo orillará al basurero dela historia—, irremediablemente ha cometido pifias imperdonables. Para Andrés Manuel López Obrador “no existe ni la Constitución…, ni la Justicia…, ni la Dignidad…, ni la Congruencia…, ni la Decencia…, ni la Diplomacia…, y mucho menos que tenga amor por México”.