Embajadores Lopitos y su imaginaria República del Gansito de Los Cocos.

Al C. Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador solo le faltaba que con la intentona de convertir a la senadora Jesusa Rodríguez como embajadora de la República de Panamá, cuya carta diplomática fue

totalmente desechada por improcedente en el mundo del Servicio del Exterior, pudiera también seleccionar al mejor barrendero de México para convertirlo como también en su otro “Su Excelencia”, para su imaginaria República de Los Cocos.

Ese Alto Personaje que ya no está entre nosotros, pero que hizo reír a muchas generaciones con la serie de película de Don Mario Moreno, Cantinflas, la de Su Excelencia, hubiera sido, en la actualidad, muy representativo para el gobierno de los lopitos.

Si bien el pueblo que adoraba al eterno agitador social y que con el tiempo López Obrador ha venido siendo calificado como “un pobre diablo”, se debe a la serie de incuestionables ridiculeces que comete como gobernante, hasta da vergüenza confesar que “soy mexicano” sobre todo en el extranjero.

La sentencia de la Vox Populi es abrumadora en el estricto y textual sentido de mandar “¡al diablo a este narco presidente!”, lo que demuestra también que su gobierno oclocrático, viene dando palos de ciego, sin considerar ninguna virtud y garantía para el bienestar de los más de 127 millones de personas que integran a todavía la República Mexicana.

La introducción de la película Su Excelencia, es la mejor fórmula interpretativa de ese legado que haya dejado el inolvidable cómico Cantinflas, para en estos tan difíciles momentos que se vive con la destrucción de México en manos de un “auténtico y legítimo ignorante”.

“Van ustedes a conocer dos países: Pepeslavia y la República de Los Cocos. Por supuesto que no existen… pero advertimos que es muy posible que a esas naciones que no hay, ustedes las confundan con otras que sí hay. O que esos dos pueblos imaginarios se parezcan a los que ustedes van a imaginarse. Lo correcto sería advertir que es mera coincidencia pero conste que no lo hicimos deliberadamente a propósito, para luego no empecemos con dificultades”.

Y hablando de las dificultades, el propio presidente cada vez que habla a través de sus tediosas, mentirosas y demagógicas mañaneras, comete pifias en todos los sentidos; cree él que el mundo debe estar a sus pies, pero el mundo diplomático mundial —crítico observador como siempre—, y ahora más que México que cayó en la desgracia…, en un tobogán de la desventura, le avisan trasfronteras que carece de tener gente académicamente preparada para el Servicio Exterior Mexicano.

Su inútil arrogancia lo ha orillado a la fatalidad de su gobierno, y cómo van los problemas con esta administración, su ideología que ni es de izquierda, ni de centro y mucho menos de derecha, un grupo de delincuentes —con base a las mentiras externadas por el malabarista de Palacio Nacional—, se adueñó de la independencia y poder de México.

Para colmo de males, esos pendencieros solo llegaron para robarse las arcas de la nación, considerando que quienes votaron de forma abrumadora para encumbrarlo en la Presidencia de la República, de mil formas han señalado su inconformidad al cien por ciento.

"Salimos de Guatemala para entrar a Guatepeor", por las notas de rechazo de Panamá por los embajadores que quería enviar López Obrador, se afirma en redes sociales, para resaltar que como buen protagonista que en toda su vida ha sido, el costeñito tabasqueño “se pone del lado del victimario”, y ataca sin misericordia a la Canciller de Panamá en México, Erika Mouynes, calificándola de pertenecer a la “Santa Inquisición", por el rechazo en primea instancia de Pedro Salmerón, doctor en Historia por la UNAM para la embajada de México en Panamá, solo que es acusado de delitos sexuales.

Ante esa seria exhortación, la Alianza Panameña por la Vida y la Familia, pidió a su gobierno que no se le dé su beneplácito, toda vez que las fuerzas políticas de esa nación sudamericana, fueron tajantes al sentenciar: “No aceptaremos que envíen lo que les estorba”.

Si bien el gobierno de Laurentino Cortizo Cohen, emanado del Partido Revolucionario Democrático (PRD) —de la ala izquierdista panameña—, pese a que no emitió de forma inmediata ningún comentario diplomático, periodistas críticos acusaron que “el discurso de López Obrador, además de demostrar malcriadez y de ser un despechado e ir en contra de la amplia experiencia diplomática que tiene su país, es un clásico discurso machista”, es decir, “dibuja a un machista de libro de texto”, no por el hecho de tomar como emergente a la actual senadora Jesusa Rodríguez, sino por la posición político-diplomático que ejerció la embajadora Erika Mouynes.

El nombre de Erika Mouynes, canciller de Panamá, fue conocido en México tras intervenir para frenar la designación de Pedro Salmerón como embajador de ese país, pero su trayectoria feminista es mucho más larga y en más de una ocasión ha defendido la lucha por la igualdad de género.

“No aceptaremos que envíen lo que les estorba”, no dejará de ser un doble discurso amenazante en las relaciones de ambos gobiernos. Primero porque Salmerón fue descalificado por cometer delitos de acoso sexual; y segundo, por las preferencias sexuales que tiene Jesusa, a quien se le considera de vivir en pareja con una de su propio sexo y ser una empedernida adicta a la marihuana

En países de todo el mundo, a México lo siguen considerado de poseer una sepa de alentosos embajadores que surgen al Servicio Exterior Mexicano, a través del Instituto Matías Romero, en cuyo portal de Internet, aclara:

“El Servicio Exterior Mexicano (SEM) es el cuerpo permanente de funcionarios del Estado encargado de representarlo en el extranjero, responsable de ejecutar la política exterior de México, de conformidad con los principios normativos que establece la Constitución Política.

“El SEM depende del Ejecutivo Federal. Su dirección y administración están a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de acuerdo con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y a los lineamientos de la política exterior que señale el Presidente de la República”, indica la institución.

Con base a todos estos lineamientos, un personaje que aspira a ser Embajador y digno representante del gobierno mexicano en el exterior debe primero, acreditar su titulación profesional, tener experiencia de la política internacional, y cuando menos hablar cinco idiomas, básicamente el inglés.

De lo contrario, a México lo verían como una república gansito, ya que López Obrador se niega a quitarse su máscara de ser un abyecto y opresor de las garantías individuales de los mexicanos.

Con base a la equivocada política internacional que ha estado generando sendas polémicas tanto nacionales como internacionales, las pretensiones que corren alrededor de López Obrador, es tratar de “dominar” al mundo con su famosa Cuarta Trasformación, que para la política doméstica mexicana solo es un remedo teóricamente inexistente, cuya intentona ha impactado en el desarrollo de millones de compatriotas.

Tanto en el México como en el exterior, a López Obrador lo consideran un peligro para el mundo entero, ya que lo que le derramó el vaso con agua, fue por su arrogante y enfermiza intolerancia, aunque ya está fraguando de cómo enviar al grupo de sus embajadores lopitos, a sus imaginarias repúblicas gansito de Los Cocos y de Pepeslavia.

¡Qué desfachatez tiene México como presidente!