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¡Evitar soltar al “Tigre”, paraenfrentarlo al México Bronco!



…..BLAS A. BUENDÍA………………………….. ¿Qué ocurriría si despertaran al mítico “Tigre” en este convulso México Bronco?

En estos tiempos de ingobernabilidad que se han caracterizado a mostrar la incapacidad de un presidente que brilla por su estupidez, lo único que debe hacer la sociedad y los partidos políticos, es la reorganización para Salvar a la Patria en contra de un enemigo en ciernes que busca la asonada para seguir dañando el tejido social con otro derramamiento de sangre entre los propios mexicanos.

Ciertamente, como muchos periodistas críticos del actual régimen, los más de 127 millones de mexicanos se enfrentan a un presidente empeñado en destruir al Sistema de Partidos, a las Instituciones Republicanas y al mismísimo país; transformado como un hombre indolente, apático, voluntarioso, incapaz de gobernar y enfrentar problemas; y, lo peor, presumirle al mundo que México posee la antítesis del Rey Midas, López Obrador tiene como aliado a su “otro yo”, el López Obrador de la destrucción.

Diagnósticos psicológicos atribuyen que el presidente Andrés Manuel López Obrador nació con un fenómeno del Síndrome de Down cerebral semi-crónico, convirtiéndolo en un ser, exponencialmente peligroso, que a simple vista de las circunstancias, la gente ya lo considera un loco en el poder, y con mucho poder…

Cuando el Caín de Macuspana hacía sus ejercicios mentales de que los neoliberales ya no le buscaran más porque iban a despertar tanto al México Bronco como al mismísimo mítico Tigre, la incógnita prevalece en el ámbito sociopolítico: ¿y si despertaran el México Bronco y también el famoso Tigre, que ocurriría?

Andrés Manuel López Obrador ha señalado que no cambiará su estrategia de “abrazos, no balazos”, y que el país “va muy bien”, en materia de Seguridad Nacional.

Los grupos armados tienen aterrados a la población, con su demostración de fuerza armada y capacidad de fuego, pero menos en contra de quienes integran a todo un ejército del crimen organizado. ¿Por qué será? ¿Por complicidad del huésped temporal de Palacio Nacional, que los protege?

El presidente López Obrador expresó desde su plañidera de Palacio Nacional, que los sucesos ocurridos en varios estados de la República “son hechos aislados y propagandísticos”, y reiteró que México está en “paz”, que “la población está en calma” y que su estrategia de “abrazos y no balazos va caminando muy bien”. Solo le bastó decir que la Seguridad Nacional ¡es impecable!

Lastimosamente, López Obrador no baja la vista para observar que sus enunciados del que “todo va bien”, ha convertido a la República en un gran cementerio por tantos asesinatos generados por el narco-terrorismo, y los únicos que se han transformado en multimillonarios, son quienes tienen en sus manos la Industria de la Muerte, es decir, los Servicios Funerarios.

El turismo internacional ya guarda sus reservar en no visitar tierras mexicanas, porque considera que a pesar de que México sigue siendo un polo turístico en el mundo, ha empañado su imagen por el alto peligro que ha desplegado el dominio de la delincuencia organizada.

No obstante de ello, la demostración de fuerza y de capacidad de fuego por parte de los cárteles de la delincuencia organizada, se repiten en varias localidades; siembran temor y pánico entre la ciudadanía y reflejan el fracaso del gobierno federal, no solo en materia de seguridad, sino también en el terreno económico.

Los mexicanos presumen tener a un gobierno fallido, por la existencia de los altos grados de inflación y cero crecimiento, en lo que corresponde al Producto Interno Bruto (PIB).

Los incidentes violentos entre la población y las manifestaciones en las giras que realiza López Obrador, ya reflejan el malestar social y éstas se acumulan y se suman a las cada vez más abultada lista de factores de riesgo que afectan a las empresas productivas, a las organizaciones sociales y a las instituciones políticas.

Todo por la grotesca e histriónica estrategia presidencial de “abrazos, no balazos”, que impiden a las fuerzas del orden, así sean de cuerpos de seguridad civiles o militares, están con las manos atadas. Han sido humilladas, secuestradas, desarmadas, y expulsadas de algunas ciudades.

La estrategia del tabasqueño de “no agresión a la delincuencia” porque “son también seres humanos”, beneficia más al crimen organizado que a la sociedad; los cuerpos de seguridad han fracasado en su principal misión: la de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de las instituciones.

Ya nadie se inmuta por los asaltos en las carreteras de cuota o federales, tanto a vehículos particulares como a los que transportan alimentos o materiales de construcción.

A lo largo y ancho del territorio nacional, se registran bloqueos carreteros, la Industria del Huachicol está más activa que nunca. No solo en los estados de Hidalgo o Veracruz, también se han descubierto ordeñas en ductos ubicados en la mismísima Ciudad de México, propiamente en alcaldías como Iztacalco y Cuauhtémoc

La amenaza del entonces candidato AMLO en el sentido de que, si le hacían fraude, se soltaría el “Tigre” y él no estaría para dominarlo, la sociedad se encargará de despertar hasta al México Bronco, porque ya es imposible que el garañón de Palacio Nacional siga destruyendo la unidad de los mexicanos.

Ahora ese mítico “Tigre” anda suelto y el México Bronco está listo para despertar ante la incapacidad presidencia y de la mayoría de sus colaboradores.

Algunos de ellos orientados a hacer campaña presidencial, que atender las obligaciones para los que fueron nombrados: destacan las despectivas “corcholatas” Claudia Sheimbaun Pardo, Marcelo Ebrard Casaubón y el primo incómodo Adán Augusto López-Obrador, así como el “olvidado” zacatecano Ricardo Monreal Ávila, quien hace campaña presidencial “a pie juntillas”, a pesar de no estar en el ánimo del fratricida Andrés Manuel.

Existen varias demostraciones del despertar del “México Bronco”, que ante la inconvertibilidad de las fuerzas del orden, se hacen justicia por propia mano en donde los presuntos delincuentes son linchados, y en ocasiones quemados vivos, ante la presencia de los uniformados que solo son espectadores ante esa gran ola violenta de hechos ominosos.

Llama la atención la saña de los delincuentes en contra de las llamadas tiendas de conveniencia; la quema de vehículos particulares y de patrullas, de la exhibición de su fuerza letal, de aislar comunidades enteras y de retar a las Fuerzas Armadas.

Si bien a López Obrador ya se le deshizo en sus manos el país, existe la esperanza que algún grupo conservador de los militares, sobre todo los Generales de División activos, pudieran corregir el camino desastroso del presidente, porque de no hacerlo, además de su complicidad con el Ejecutivo, México estaría en ese latente peligro de entrar a una Tercera Revolución.

Ante la descomposición social, el presidente con ínfulas de dictador, aprovecha su pulpito aburrido matinero, para reiterar cínicamente que “vamos muy bien”; organiza acciones distractoras, como la aseveración del subsecretario de Gobernación, el marrullero Alejandro Encinas que “descubrió” que “los 43 estudiantes de la escuela normal están sin vida”.

Pocos recuerdan que Encinas pretendió la gubernatura del Estado de México con una credencial de elector con domicilio en el entonces Distrito Federal, el mismo método aplicado por Andrés Manuel López Obrador, que fue electo jefe del entonces DF a pesar de que su credencial electoral le fue expedida en el estado de Tabasco, sin reunir el requisito de residencia de cuando menos cinco años en la ahora Ciudad de México. “De tal palo tal astilla”, advierten los entendidos.

En tanto el país se ve envuelto en llamas, el dizque “presidente de todos los mexicanos”, crea otros circos que distraen la atención, como la detención de Jesús Murillo Karam, presunto responsable de una serie de delitos relacionados con la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapan.

La impericia del tabasqueño para dirigir los destinos de nuestra gran República la tiene al borde de un estallido social; que para tratar de frenar el descontento social, “el mejor presidente de México” (AMLO), entrega más responsabilidades a la Secretaría de la Defensa Nacional, pero…

Ese mítico “Tigre” que anda paseándose con su cola siniestra moviéndola de un lado p’al otro…, está todavía “dormido”, pero siempre al asecho debido a las torpezas presidenciales, que de jalarle más los bigotes al felino, en cualquier momento saltará para dar el primer zarpazo hacia un movimiento social que nadie podría frenar.

Ese es el gravísimo riesgo de que a la sociedad se le advirtió: “López Obrador es un peligro para México”. Nadie lo creía, y ahora solo basta observar cómo tiene enlutado a todo el país. Enmalahora llegó López Obrador a quien se le considera que no es mexicano, sino salvadoreño.

Si bien la Vox Populi advierte que López Obrador será odiado por siempre y para siempre —porque nunca supo que era el Presidente de México—, sin duda alguna, las plataformas que se distribuyen en redes sociales, que son el iceberg del buen entendimiento para presentar denuncias que podrían ser utilizadas con posterioridad por las autoridades judiciales competentes, existen “mil y un razones” para encarcelar al genocida de Palacio Nacional, Traidor a la Patria.

Un filósofo de las leyes de Coyoacán, sentencia de lo que es hoy López Obrador, es decir, que existe una completa degradación para el tristemente célebre líder de la Cuarta Transformación: “¡No le asiste ni la Constitución…, ni la justicia…, ni la dignidad…, ni la congruencia…, ni la decencia…, ni la diplomacia…, y mucho menos el amor por México!” ¿Entonces, de qué hablamos?

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