Feliz día a todas las bellas madres,digna representante de Tonantzin
En su honor moldeaban esculturas de oro y plata, que las mostraban como representantes de la Gran Madre, la fuerza creadora todopoderosa, dominante sobre el hombre, la vida y la muerte.
La Gran Madre encarnaba el deseo humano de fertilidad. Era el cielo, el sol, la luna; Diosa de la Salud, curación, amor, guerra, victoria y sabiduría. Proveedora y educadora. Defensora de la tierra, árboles y animales.
La guardiana de las tradiciones que heredarían los hijos.
Madre Tonantzin.
El festejo para la madre mexica, se realizaba en primavera, en el Cerro del Tepeyac, dónde se honraba a Tonantzin, cuyo nombre significa “nuestra madre venerable”. To "nuestra", nan(a) "mamá" y tzin "reverencia, cariño".
En Tonantzin, los aztecas reconocían a la representante de la energía femenina emanada por el espíritu creador. Ella era su diosa madre de las divinidades, de los rostros y los corazones humanos, la que abría las ventanas de oportunidad a niveles de información para que los aztecas cumplieran su misión en la tierra y descubrieran las frecuencias de luz para elevar su programa de ascensión.
Homenajear a Tonantzin era celebrar la vida en un acto de comunión cósmica y de reconocimiento a su propia madre.
Tonantzin, "La Madrecita", tenía por atributo la vida que ella concedía. Era fuerte, guerra y al mismo tiempo la muerte.
La veneración a Tonantzin nos da luz de la importancia de la madre en México, siempre honrada y venerada como lo fue Coyolxauhqui, “Diosa de los Cascabeles”, representante de la luna y madre de Huitzilopochtli, el Dios "Colibrí del Sur".
Commentaires