Gustavo Cárdenas Monroy, un corruptazo político del PRI

. BLAS A. BUENDÍA. …………………………………………………..

“A río revuelto, ganancia de pescadores”, es un refrán popular que se refiere a aquellas personas que suelen sacar provecho de las situaciones de caos o desorden, en torno a una burbuja donde quedó fehacientemente demostrado que el fenómeno de la kakistocracia no es propiedad de un solo partido político, sino de una caterva de delincuentes de cuello blanco profesionales que se ha enriquecido saqueando las arcas del erario público a través de las prerrogativas que otorga el Instituto Nacional Electoral (INE) y los cochupos inherentes al malabarismo del poder.

Lo ocurrido en las elecciones del Estado de México no tiene nombre, los clanes de deshonestos priistas, transmutados en una extraordinaria y enorme caterva, fueron dominados por la danza de los millones en dólares que con evidente certeza y con la sartén en la mano, seguramente fueron ofrecidos por el jefe del Ejecutivo federal, sacando la casta del priismo trasnochado, el cual solo un hombre puede mover toda maquinaria de corrupción que lo rodea.

La fiesta dominical del 4 de junio (2023) quedará registrada en los anales de la historia política de México, no solo como una elección de Estado que desde Palacio Nacional, se movieron los hilos de las marionetas partidistas, y en consecuencia, encumbrar a la calificada “¡ladrona!” Delfina Gómez.

La mafia del poder mexiquense se emponderó para sacar a raja tabla las ganancias multimillonarias y enriquecerse todavía más, donde la dinastía del Grupo Atlacomulco —que para los entendidos se trata del Grupo Atracomucho—, encabezado por el gobernador saliente Alfredo Del Mazo Maza, traicionaron a millones de electores que creían todavía en las cualidades del Partido Revolucionario Institucional.

La prensa nacional e internacional no cesa en acusar que los comicios del Estado de México estuvieron amañados y altamente falsificados, donde únicamente el hombre que tuvo la sapiencia de corromper a las cúpulas de los partidos en contienda —como es el caso del ex priista Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México—, recreó la casta de políticos multimillonarios, entregando en apariencia, carretadas de dinero sucio, es decir, ganancias estratosféricas jamás imaginadas.

Con ese preámbulo es de hacer notar que en ese cúmulo de “paladines de la prevaricación”, obviamente surgieron traidores y necrófagos, mejor dicho, carroñeros.

Es decir, en el PRI mexiquense, los traidores que contendieron en la jornada electoral del 4 de junio, que indignamente representó la maestra Alejandra Del Moral Vela, no solo se conformaron con haber destruido el estado, sino que ahora, por instrucciones del líder Eric Sevilla Montes de Oca —quien juega el papel de ser un sucio operador político—, dictó la orden de despedir de forma por demás canalla, a todo el equipo que luchó para que Ale llegara a convertirse en gobernadora del Estado de México. Lamentablemente no fue así. Pudieron más los tentáculos de la corrupción que la ética y moral, de Del Moral.

Como ha ocurrido en otras elecciones donde el PRI fue perdiendo su lucha y poder como partido político a nivel nacional —cabe hacer notar—, los vivales siguen surgiendo para darle la puntilla al tricolor, toda vez que la cúpula del priismo mexiquense, sin decir “agua va…”, le dio una patada por las nalgas a 123 delegados, 20 coordinadores y 13 distritales, personas que conforman parte de la estructura priista. Corrieron a todos, sin darles las gracias.

Fue tan deleznable la cobardía de Eric Sevilla Montes de Oca, que ni siquiera llamó al personal y pedirles “perdón”. La orden fue que empezara a “dialogar” con los militantes y comunicarles la decisión del partido. ¡Vaya con este señor traidor, corrupto y deshonesto!

En los pasillos políticos tanto del Congreso federal como del Estado de México, así como del Senador de la República, se comenta que este grupo de priistas estuvo bajo las órdenes de la señora Alejandra Del Moral —¡sí, la mismísima que tiró la toalla antes de que se contabilizaran los votos que fueron aportados por la ciudadanía!

En su mayoría son jóvenes y mujeres que creyeron en las falsedades de Alejandra Del Moral. Nadie —ni reportero alguno— ha logrado hablar con ella pues hay versiones de que tiene prohibido asomarse por la ventana de su residencia. No puede salir de su domicilio y mucho menos dar entrevistas a los medios de comunicación, ni presenciales, ni telefónicas. En buenos términos está en el exilio, pero claro, en su casa. Su desvergüenza tiene rostro, pero no lo deja ver…

No obstante de esta abierta fechoría en contra de quienes se entregaron con todo para ganar una campaña, el siniestro Eric Sevilla Montes de Oca, ahora tiene el cinismo de sondear por todos lados para ver quién y quienes reúnen los perfiles para la integración de la próxima legislatura, por el lado del PRI, en el Congreso mexiquense. Para ello se le vio en varias ocasiones platicar con el diputado Gustavo Cárdenas Monroy “para que le tire línea”.

Si bien es cierto que Gustavo Cárdenas Monroy es calificado como un corruptazo político del viejo cuño del Institucional, es gracias a su cualidad astuta y engañabobos, pese a que goza del reconocimiento de los grupos mexiquenses.

Solo que en esta ocasión, Gustavo Cárdenas Monroy es señalado como uno de los principales perdedores de la pasada legislatura, además de haber recibido 50 millones de pesos para sus “gastos”, pero lo notable es que perdió todo el norte del territorio mexiquenses, incluso su propio distrito. Es un hombre que se sabe vender, pero ¿cuál será su futuro luego de sus traiciones traperas?

Por igual, Alejandra Del Moral, una carismática joven mujer con 40 años, truncó su carrera por una ambición de riqueza. Lo mismo que el ex coordinador de campaña y tantos carroñeros que se prestaron con el estúpido gobernador Alfredo DelMazo, para entregarle el Estado de México al dictador Andrés Manuel López Obrador.

Pero algo falta, ¿qué hay de los 5 mil millones de pesos derivados de las licitaciones irregulares cometidas en la Secretaría de Desarrollo Social durante la gestión de Eric Sevilla Montes de Oca y después de Alejandra Del Moral?

Ante esta corriente de corruptelas, la sociedad ya exige cuentas claras. Cómo andan las cuentas en la tarjeta rosa, cuyas acciones se tendrán que revisar; y cuándo y cómo serán investigados los hermanos del gobernador que también tuvieron una coparticipación en la corriente corrupta del Edomex.

¡Ah!, y qué tal si de una buena vez se abre una investigación en contra de “Marianito”, el último fajo de billetes que le dieron que fue de 17 millones, a unos cuantos días de que terminara la campaña.

Lo que sí es seguro es que algún “piquito” fue para sus paisanos que lo acompañaron en esta desventura de Toluca, donde los gastos corrieron por cuenta del Directivo Estatal.

“¡Pobre Estado de México y qué lamentable noticia para los mexiquenses, quienes votaron por una mejor vida, y ahora se enfrentarán a una auténtica ladrona!”, avizoraron.

La sociedad mexiquense no se da por aludida que, por cierto señores priistas, ¿qué hicieron con los mil 400 millones de pesos que les dieron para la campaña y que hasta ahora, ni siquiera tienen el intento de rendir cuentas claras?

Por eso, el PRI que fue el PRI, y que dejó de ser el PRI, tan solo de un plumazo pero con una riqueza descomunal repartida desde el gobernador Del Mazo, hasta la cúpula del priismo mexiquense —entre traidores y marrulleros—, el maquiavélico Andrés Manuel López Obrador no se cansa de seguir corrompiendo a todo mundo en la plena curva de su vida política presidencial.

Cabe subrayar que Del Mazo fue el sepulturero del PRI en el Estado de México para entregárselo al presidente Andrés y encumbrar a la calificada maestra de la “¡cleptomanía!” Delfina Gómez, como próxima gobernadora mexiquense a partir del 15 de septiembre del 2023, iniciándose de esa manera, una pesadilla de seis años kakistocráticos.