Ingresar a la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias pensé que era una fake news
Como cada mañana, Julieta Fierro Gossman revisaba su correo tomando una taza de café; de pronto, encontró un mensaje de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias informándole que fue aceptada como miembro honorario. Su sorpresa fue enorme y no lo podía creer, no sabía que estaba considerada. De hecho, sólo 14 mexicanos han tenido el honor de ingresar, entre ellos el exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez, y Marcos Moshinsky Borodiansky. Además, personalidades a nivel mundial como Albert Einstein y Charles Darwin. Después de 53 años de arduo trabajo como investigadora en el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional, la universitaria se siente muy agradecida con esta institución por haberla formado. “Se trata de un reconocimiento que honra a esta máxima casa de estudios y a la Coordinación de la Investigación Científica”. Cabe recordar que la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias fue fundada en 1780. Su objetivo es honrar a los líderes en todos los campos de la actividad humana, para examinar nuevas ideas y abordar cuestiones de la nación y el mundo. ¿Cómo llegó a la Academia?. Curiosamente, Fierro Gossman no tiene idea de cómo ingresó a la Academia, incluso cuando vio la invitación pensó que se trataba de una fake news. Después entendió que era real y se siente muy agradecida por la oportunidad. El cargo se hará oficial en una ceremonia a finales de septiembre en Cambridge, Massachusetts, cuando firme el documento junto con los nuevos miembros. Para Julieta Fierro la UNAM lo es todo, porque no sólo le brindó educación, sino que también le dio libertad, amor, amigos y trabajo. Desde que estudiaba el tercer semestre ingresó como ayudante de profesor en el área de matemáticas y en el laboratorio de física. Hasta el día de hoy labora en esta institución. En entrevista confesó que le encanta la ciencia porque es la forma de entender a la naturaleza. De hecho, los seres humanos viven rodeados de preguntas que se transforman en retos. “Al encontrar las respuestas se encuentra la felicidad”. Le fascina la astronomía porque considera que los objetos celestes son deslumbrantes, como si fueran una hermosa canción en otro idioma que uno no entiende. Además, se puede abordar desde muchas disciplinas como la cultura mesoamericana, biología, química, física, etcétera. Por supuesto, las matemáticas son la herramienta y el lenguaje de la naturaleza que más le agrada. Y en la astronomía hay oportunidades de estudio; pero también le atrae divulgarla. Por ejemplo, sabe que actualmente se estudian las lunas de Júpiter y Saturno, que tienen mares congelados debajo. Además, se exploran nuevos planetas fuera del sistema solar que podrían tener vida. Y le apasiona que el mundo conozca esta información. Los retos causan felicidad. En su juventud no se acostumbraba que las mujeres estudiaran. Sin embargo, su papá le permitió que hiciera el examen para ingresar a la carrera de Física, porque pensó que era “la tonta” de la familia y no podría terminar sus estudios. Julieta ingresó a la Facultad de Ciencias de la UNAM y, aunque al mismo tiempo trabajaba, concluyó la carrera con muy buenas calificaciones en el área de matemáticas. Además, se constituyó en una gran astrónoma y excelente divulgadora de la ciencia. Actualmente, esta historia se repite en varios niveles porque a muchas chicas se les impide estudiar. Al respecto, Fierro Gossman mencionó que se deben crear mecanismos que les permitan ingresar al mundo de la ciencia. Por ejemplo, promover facilidades para cursar el posgrado; si las alumnas se embarazan durante sus estudios que la beca se prolongue para que, cuando nazca el bebé, puedan estar en paz cuidándolo; que haya guarderías en los centros de investigación. “Nosotras vivimos más que los hombres, ¿por qué no podemos ausentarnos un poco más del trabajo para cuidar a los hijos, disfrutarlos y después regresar a la vida académica?” Para la astrónoma universitaria “tenemos que repensar el rol de las mujeres porque somos muy necesarias, tanto en casa como en la ciencia”. Por ejemplo, las investigadoras se preocuparán más por estudiar el ciclo menstrual, un panorama que no ha sido tocado por los hombres; además de otras cuestiones como el cáncer de mama, etcétera. Se necesitan más mujeres en la ciencia.
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