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José Gerardo Álvarez V. purgará una condena en el Penal del Altiplano que lo llevará a salir de prisión a 65 años

  • Chronos
  • 20 abr
  • 4 Min. de lectura


José Gerardo Álvarez Vázquez, apodado como “El Indio” o “El Chayanne”, no se conformó con mover droga, sobornar funcionarios y dirigir células criminales del cártel de Los Beltrán Leyva.

Su ambición superaba la lógica del negocio: quería atención, fama, reflectores. En lugar de ocultarse, buscó “brillar”. Admiraba al cantante y compositor puertorriqueño Elmer Figueroa Arce y reproducía el emblemático hit “Fiesta en América” en la mayoría de sus fiestas privadas. En su mente no era solo un capo, sino una especie de celebridad clandestina.

Un origen guerrerense que siempre aborreció. Originario de Teloloapan, Guerrero, Álvarez Vázquez migró a Estados Unidos en los años noventa. En Chula Vista, California, abrió rutas para el tráfico de metanfetamina y se consolidó como operador del Cártel de Sinaloa. Desde los 22 años tejió una red criminal que cruzaba fronteras en el Océano Pacífico y escaló posiciones hasta convertirse en jefe de plaza en la Ciudad de México y Cancún. Su poder creció con la ruptura entre los hermanos Beltrán Leyva y Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2008.

Ese mismo año, tras la captura de Alfredo Beltrán Leyva por una supuesta traición de Guzmán Loera, los hermanos rompieron con el también conocido Cártel de. La escisión desató una guerra. Arturo Beltrán Leyva encabezó la nueva facción, acompañado de operadores como “La Barbie”, “El Grande” y “El Indio”. La disputa provocó una escalada de violencia en el mismo Guerrero, Morelos y el Estado de México.

El encargo del “Compayito” para dominar a Los Beltrán Leyva: masacrar a jóvenes en La Marquesa

Álvarez Vázquez no tardó en dejar huella. El 12 de septiembre de 2008, 24 cuerpos aparecieron en un paraje de La Marquesa, Estado de México. Las víctimas mostraban señales de tortura y disparos en la cabeza. Un menor de 14 años figuraba entre los ejecutados. Según las investigaciones de ese entonces, “El Chayanne” ordenó el crimen con la intención de proyectar poder. Quería su nombre en los titulares y lo consiguió:

“¿Ustedes creen que, si fueran narcos, vivirían tan jodidos?”, cuestionaba Avelina Cinta frente a medios locales mientras esperaba el ataúd de su sobrino Abraham en San Andrés Tuxtla, donde hoy está enterrado junto a sus primos Santos, Pedro y Ángel. Vecinos y amigos exigían que el gobierno federal rectificara: todos eran adolescentes, hombres de bien, no criminales.

Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009 durante un operativo de la Marina, en Cuernavaca, el liderazgo del cártel quedó en disputa. Álvarez Vázquez intentó asumir el control frente a “La Barbie” y “El Grande”. Las disputas internas derivaron en más ejecuciones y divisiones dentro de la organización.

Una vida lujosa que tampoco quiso ocultar y el presunto amor de Alicia Machado que documentó Anabel Hernández

A diferencia de otros capos, exhibía su riqueza. Invirtió en centros nocturnos y mantuvo vínculos con al menos tres table dance de lujo en la Ciudad de México y Cancún. Se rodeó de edecanes, modelos y personalidades de la televisión. No ocultaba su gusto por las mujeres ni su necesidad de validación social. Funcionarios federales identificaron estos espacios como centros de reunión para negociar con empresarios, políticos y mandos policiales.

Fue entonces que su nombre saltó al ámbito del espectáculo cuando se le vinculó con Alicia Machado, ex Miss Universo. En 2010, un testigo protegido declaró ante la entonces Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) que la actriz sostenía una relación con Álvarez Vázquez y que él era padre de su hija. El señalamiento reapareció en 2021, en el libro Emma y las otras señoras del narco, de la periodista Anabel Hernández.

Machado negó los vínculos rotundamente. En abril de 2010 emitió un comunicado:

“No tengo relación alguna con el señor José Gerardo Álvarez Vázquez”. Afirmó que se trataba de una campaña de difamación. Sin embargo, fuentes judiciales confirmaron que el bautizo de su hija se celebró en una propiedad frecuentada por figuras del crimen organizado. La actriz calificó los señalamientos como un ataque a su reputación.

La caída de una “estrella criminal en ascenso”. El 21 de abril de 2010, elementos del Ejército Mexicano capturaron a Gerardo Álvarez Vázquez en Huixquilucan, Estado de México. El operativo duró más de tres horas. Murieron dos personas y fueron detenidas 18 más. La residencia del capo se ubicaba a solo 300 metros de una casa utilizada por la Presidencia de la República. En el lugar, las autoridades encontraron un arma dorada, relojes de lujo, dinero en efectivo y una libreta con nombres de contactos institucionales.

En 2022, un tribunal federal lo condenó a 20 años de prisión por delincuencia organizada con fines de tráfico de drogas. El fallo lo señaló como responsable de dirigir, coordinar y supervisar actividades criminales de alto impacto. En noviembre de 2024, un tribunal confirmó la sentencia. Desde entonces, “El Indio” permanece recluido en el penal federal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez.

Además de su condena en México, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a Álvarez Vázquez en su lista de narcotraficantes especialmente designados bajo la Ley Kingpin. Las sanciones congelaron sus bienes en territorio estadounidense y prohibieron a ciudadanos o empresas realizar transacciones con él.

Así mismo, el periodista Óscar Balderas señala que, de acuerdo con información especial, sería otro de los grandes capos que podría ser extraditado por petición del gobierno de los Estados Unidos.

El ascenso y caída de “El Chayanne” ilustra una de las facetas más peculiares del crimen organizado en México. Mientras otros capos operaban desde la sombra, él buscó construir una imagen pública con símbolos de poder, dinero y popularidad. Intentó vivir como estrella de la música, pero terminó como criminal sentenciado. Esto tras dejar un historial de violencia y ostentación que cruzó el umbral del narco hacia la farándula.

 
 
 

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