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La 4T es una maquinaria de terror, jamás supo ser gobierno


. BLAS A. BUENDÍA. ……………………………..

Las elecciones presidenciales del 2 de junio dejaron muchas lecturas e interpretaciones que deben ser estudias y analizadas a profundidad por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, así como de otros campus, con la finalidad de salvar a México de esos “vagabundos” que por suerte, el pueblo los ha encumbrado como presidentes de la república en detrimento de las futuras generaciones.

La comunidad intelectual siempre alertó que en las elecciones del 2 de junio no se combatía a un gobierno constitucionalista, sino a un aparato de propaganda política, secuestrado “democráticamente” por el fenómeno de la kakistocracia de Morena, transmutada en Estado.

Admitió que la Cuarta Transformación siempre fue confeccionada como una maquinaria de terror, que sin tener una plataforma ideológica, jamás supo ser gobierno, corrompiendo y pervirtiendo a la sociedad, siendo conducida al encono, la crispación y a una división traumatizante, dejándola a merced del narco crimen organizado.

En esta cosmovisión, “nunca entendimos a la 4T”, afirma el analista político Luis Farías Mackey, quien a través de la plataforma “LFM Opinión”, desglosa que siempre (a la 4T) se le juzgó con categorías políticas de gobierno con deficiencias, pero sus agentes cognitivos recurrieron a conceptualizaciones y valoraciones sobre sus acciones por mantenerse en el poder.

Sin embardo, ellos (los morenistas) no entienden en funciones de Estado, y mucho menos, métricas de eficiencia y de resultados. “No hay en su concepción de lo que para ello es el gobierno, el baluarte de la División de Poderes, contrapesos, sujeción de Estado de Derecho, transparencia ni rendición de cuentas, programación.

Tampoco les asiste en sus calañas de “entendimiento”, categorías como la verdad, el bien, lo correcto, lo racional, lo lógico, inclusive, lo impresentable, porque “la 4T no es un gobierno, y nunca pretendió ser autoridad, y menos dar resultados”, remarcó Mackey.

Sobre esta disyuntiva, avizora: “La 4T es una maquinaria implacable de poder y de control político. Un aparato de propaganda para propagar odio, mentira que induce el fenómeno del terror, y de aparentar, el de “crear una percepción”, inclusive, de una especie de “bienestar justiciero”.

Este discernimiento hace historia. Se rememora al temido ministro de propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, quien siendo el principal ideólogo de Adolf Hitler, sus antagonistas siempre lo consideraron como un peligroso demagogo y un agitador de masas.

Partiendo de esa primicia, para Morena, cuyo dueño es el llamado #NarcoPresidenteAMLO, teniendo en sus manos un gobierno que se construyó con base a las mentiras, en su agenda de clasificaciones prioritarias, nunca tuvo contemplado el desarrollo de la salud, el bienestar, la salvaguarda del medio ambiente, la modernidad de la infraestructura, presentar finanzas públicas sanas para que redunde en la concordia ciudadana y la paz.

“En su universo, lo único que existe es la ‘percepción’, una percepción omnipresente, apabullante cegadora, ensordecedora, omniabarcante. Para la 4T lo que importante y le interesa sobre manera, es el control de la comunicación, la imposición de las narrativas, el secuestro de la conversación, ya sea nacional, política, mediática, o inclusive la familiar y la personal”.

Es el Big Brother de “is watching you”, aumentado y corregido —documental que ilustra la plataforma de Netflix, exhibiendo la otra cara de las redes sociales, cuando el mundo está sumido en la red y esto puede traer grandes consecuencias no solo para la psicología individual, sino para el orden mundial—.

Y así, desglosó Mackey, el 2 de junio ganó “la percepción” por sobre la realidad, toda vez que el antecedente más cercano que la sociedad tiene, es el de la Alemania nazi, donde Joseph Goebbels, controló férreamente a todos los medios de comunicación, radio, cine, periódicos, revistas, posters, inclusive pendones.

En tanto que Hitler, demonizó a la inteligencia —como siempre lo ha hecho el ahora #NarcoPresidenteAMLO—, que en aquella época del holocausto alemán, destrozó la cultura, se quemaron libros en las universidades, en tanto que los primeros campos de concentración fueron para la inteligencia alemana, para la academia alemana para consumar los genocidios contra la clase judia.

Así que los alemanes no tenían más fuentes de información que la de Goebbels, y Goebbels, por ejemplo, inventó y difundió en el mundo entero, que los polacos estaban atacando a los alemanes que habitaban en Polonia, cuando no era así.

Johann Georg Hiedler —abuelo paterno de Adolf Hitler, según las investigaciones de historiadores—, armó montajes para que elementos de las "Schutzstaffel" (Waffen-SS que eran el cuerpo de combate de élite de seguridad de Hitler), atacaran como soldados polacos una antena de radio en territorio alemán.

Hubo muertos, por supuesto que sí. Soldados alemanes y soldados polacos que en realidad eran prisiones del campo de concentración que llevaron, los uniformaron, los tendieron y los mataron en el suelo. Obvio, miles y cientos de miles de alemanes huyeron de Polonia. En Alemania, los alemanes entraron en furia y Hitler declaró la invasión a Polonia, y así empezó la Segunda Guerra Mundial.

Con todos estos antecedentes rebasaron “la percepción”. Sin embargo, toda proporción guardada, México tiene algo similar. Es decir, todas las mañanas se nos fija la conversación del día, como es el hecho de la medida del odio nacional, el villano del momento. La mentira nuestra de cada día y el temor generalizado por la inseguridad. Los medios la reproducen y ese tipo de conversaciones han sido virales en las redes sociales.

Para Mackey, resulta absurdo y una obsesión que el periodista Carlos Loret De Mola, en Latinos, dedique el 90% de su programa a López Obrador. En las mañaneras se niega la realidad y se impone sobre ella la narrativa presidencial. Las voces discordantes sí son atacadas, pero terminan de engrosar y conformar la narrativa oficial al suministrarles ataques manipulables. La corrupción, campea a su alrededor.

Asimismo, las redes sociales juegan un triple papel. Reproducen las conversaciones mañaneras, las hacen más polarizadas y más rijosas, y terminan produciendo Torres de Babel, donde nadie entiende nada (…) “Todo esto en un contexto de violencia generalizada que genera un clima de incertidumbre, de inseguridad, de miedo, que confunde, que paraliza la razón, el pensamiento y el juicio”, indica el analista.

Así —precisa— “la 4T ha logrado una mezcla perfecta: la propaganda omniabarcante, una conversación pública controlada que ratifica y potencializa la propaganda oficial, un temor que paraliza un odio como gasolina, una mentira como brújula y un ruido que aturde”.

Durante, antes y después de los comicios presidenciales del 2 de junio, “las oposiciones no supieron que bailaban al ritmo que les jugaba el presidente”, donde drásticamente los intelectuales siguen sirviendo para reproducir las conversaciones mañaneras, atacándolas, y tratándolas de analizar con categorías que le son inaplicables, porque ellos piensan en gobernabilidad, en la gobernanza, en la estructura gubernamental, administración pública, eficiencia administrativa, pero en realidad tienen enfrente una maquinaria de control político propagandístico.

Asevera: “La 4T no gobierna ni pretende gobernar. Le interesa controlar, y controla a través de un aparato de Estado de propaganda que está a la vista de todos, pero que todos la tratamos, la jugamos, le exigimos y jugamos con ella como si fuera un gobierno, pero es una maquinaria de Estado, de propaganda de humor social. México careció de tener un gobierno en forma.

“Es imposible ganarle porque nosotros jugamos a la política cuando ellos a la percepción. Nosotros (sociedad e intelectuales) al discurso de la acción política tradicionales, cuando ellos a la conversación emocional; nosotros al argumento racional, cuando ellos al odio y a las mentiras. Nosotros a las teorías políticas, cuando ellos a la propaganda”.

En consecuencia, la comunidad intelectual hace votos que el pueblo de México despierte de su marasmo de ignorancia, toda vez que en lo sucesivo, haya aprendido esta antiquísima estrategia suscrita en el manual de la mentira de Joseph Goebbels y sus once principios de propaganda.

“Ojalá aprendamos porque hemos sido como quijotes luchando contra molinos de viento, en contra de un gobierno que no existe. Lo que existe es una maquinaria de propaganda, que controla la percepción y el humor nacionales, que distrae, que cultiva el odio, que impone la mentira, que siembra la polarización, que abraza al crimen para generar un clima de inseguridad, de incertidumbre, que nos obnubile la mente”, puntualizó el analista Luis Farías Mackey.

La percepción de los críticos de este escatológico sistema de propaganda, también fue coyuntural para que el #NarcoPresidenteAMLO, se haya caracterizado por desentenderse que encabezaba a un gobierno de “fifís”. ¡Vaya incongruencia en su mar de sistémicas ficciones!

El manual de la mentira. Los 11 principios de la propaganda de Joseph Goebbels han sido objeto de estudio y debate desde su formulación durante la era nazi en Alemania. Como ministro de Propaganda del régimen de Adolf Hitler, Goebbels desarrolló estos principios como una guía para influir en las masas y promover la ideología del partido nazi.

Aunque fueron formulados durante una época oscura de la historia, su influencia perdura hasta el día de hoy. Al estudiar estos principios, podemos comprender mejor cómo se utilizan maquiavélicamente, las técnicas de propaganda para moldear opiniones y comportamientos, y estar alertos ante su manipulación.

En un mundo donde la información y la desinformación compiten constantemente por nuestra atención, es crucial ser críticos y conscientes de las tácticas de persuasión que nos rodean.

Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas; y…

Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

De tal manera que Andrés Manuel López Obrador, el famosísimo “NarcoPresidenteAMLO, a unas semanas de heredarle el poder a su “corcholata”, Claudia Sheinbaum Pardov —de tendencias judías, y presidenta electa de México—, sigue siendo objeto de análisis desde diversas perspectivas

En el legado en materia de sicología del estadounidense John Broadus Watson,, para la inteligencia artificial desarrollada por IBM (International Business Machines Corporation), AMLO muestra rasgos de personalidad como actividad de servicialidad, generosidad y persistencia. Además, se siente cómodo liderando grupos y es seguro de sí mismo, creyendo en su capacidad para triunfar en las tareas que se propone.

Algunos otros especialistas sugieren que presenta características de trastorno narcisista patológico o megalomanía, como un sentimiento de superioridad, auto proclamación de logros y egocentrismo.

Asimismo, algunos más han mencionado problemas psicológicos y psiquiátricos, como delirio de grandeza y paranoia. En resumen, la percepción sobre su personalidad varía, y es importante considerar diferentes perspectivas al evaluar a un líder político.

Por lo pronto, esta es parte de las aportaciones de la Inteligencia Artificial, que en conclusión, para sus antagonistas, “López Obrador seguirá siendo un peligro para México”, ahora que manipulará a su allegada Claudia Sheinbaum.

 

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