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La protección y el bienestar de los animales tiene que seguir avanzando en CDMX



No solo se trata de cumplir con los objetivos establecidos en la Constitución capitalina, sino de hacer de nuestra sociedad una más sensible, consciente, pacífica y solidaria, mediante la convivencia armónica entre todos los que vivimos en ella.

Ya la semana pasada propusimos el fortalecimiento de una de las instituciones más importantes en lo que a protección animal se refiere: la PAOT, misma que se encuentra realizando un estupendo trabajo en la materia, pero que requiere redoblar esfuerzos. Igualmente propusimos la modernización de la educación… con la intención de que las escuelas inculquen en las personas, desde los primeros años de vida, la importancia de respetar y cuidar a los animales como parte de su formación para construir una mejor sociedad.

Ahora toca el turno a las Alcaldías, como las autoridades más próximas a la gente, encargadas de atender sus necesidades más elementales en comunidad, pero también de procurar que el desarrollo de nuestras actividades cotidiana se lleven a cabo en un ambiente de sana convivencia y, obviamente, los animales no pueden quedar fuera de esta ecuación.

En este sentido, nuestra primera propuesta consiste en fortalecer las atribuciones de las Alcaldías sobre bienestar animal, en los siguientes aspectos: Medicina veterinaria preventiva (vacunación, desparasitación y esterilización);

Incineración de cadáveres; Asilos, albergues, refugios, pensiones y transporte; Alojamiento, crianza y reproducción; Exhibición y comercialización en mercados y establecimientos mercantiles; Celebración de espectáculos públicos o privados;

Presentación de denuncias ante el Ministerio público y los Juzgados cívicos; Captura, manejo y atención de animales en situación de calle;

Animales muertos o restos de éstos en el espacio público; Registro de las personas tutoras o responsables; Promoción de la cultura de la tutela responsable y adopción; Difusión y concientización sobre la protección, bienestar y trato digno y respetuoso; y Participación ciudadana.

No puedo dejar de reconocer que existen algunas Alcaldías que han avanzado mucho en la mayoría de estos temas… pero hay algunas que siguen teniendo un gran atraso y eso no solo perjudica a los animales, sino que también nos afecta como sociedad.

Ya he comentado en anteriores ocasiones sobre el impacto negativo y de violencia que ocasiona el normalizar el maltrato a los animales, pero no podemos cerrar los ojos a otro tipo de problemas que estas acciones provocan en la salud de las personas y en el medio ambiente y en eso las autoridades juegan papel muy importante.

Comento lo anterior porque en muchas ocasiones las personas podemos tener la intención de cuidar estos y otros aspectos, pero si no contamos con la infraestructura y los elementos necesarios, las buenas intenciones, simple y sencillamente, no pasan a las acciones concretas.

De esto trata nuestra segunda propuesta: proporcionar a los animales espacios suficientes de recreación que además sirvan para cuidar el medio ambiente y la salud de las y los capitalinos.

Todos sabemos que los animales necesitan manifestar su comportamiento natural, mismos que, por lo general, no pueden realizar en una casa o en un departamento, por lo que necesitan salir a pasear.

Esto les acarrea grandes beneficios, como socializar, aliviar su estrés, orientarse y relajarse. Desafortunadamente, aunque existen varios parques que cuentan con espacios para esta actividad, lo cierto es que son muy pocos para una Ciudad de las dimensiones de la nuestra.

Por ello es muy común que saquemos a nuestras mascotas a pasear a los jardines más cercanos, donde también aprovecharán para hacer sus necesidades.

Esto puede ser un problema en banquetas, calles y parques, pero su manejo correcto puede traer grandes beneficios ya que, al fermentarse, sus excrementos producen gas metano que, manejado correctamente, es un buen combustible.

Y este manejo correcto puede ser a través de biodigestores, que no son otra cosa más que contenedores que permiten la descomposición de la materia orgánica y facilita la extracción del gas resultante para su uso como energía, evitando que afecte a la atmósfera ya que también se trata de un gas de efecto invernadero.

Son muchas las consecuencias de no sacar a pasear a las mascotas, tanto físicas como psicológicas. Y si a esto le sumamos que no existen espacios suficientes para ello y que cuando salen a las calles y jardines no se recogen sus desechos, entonces tenemos un doble problema:

… por un lado, el maltratro y, por otro, los daños a la salud por las enfermedades que provoca su excremento expuesto al aire, el sol y la luvia, y al medio ambiente por el gas tan contaminante y peligros que emiten.

Pero existe una manera muy sencilla de enfrentar ambos problemas y esta consiste en que las autoridades de la Ciudad de México se aboquen a la creación y acondicionamiento de más parques para mascotas y que en ellos se coloquen biodigestores para dar un manejo adecuado a sus desechos que elimine la posibilidad de afectaciones a la salud de las personas y que ayude a combatir el cambio climático.

Desde luego que necesitamos invertir recursos presupuestales, pero que el fin lo justifica plenamente.

Espero que durante la próxima discusión del presupuesto para el siguiente año contemplemos este tipo de acciones, porque nos favorecerá a todos y a todas en el corto, mediano y largo plazo.

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