La violencia e inseguridad tienen secuestrado a México.

En la primera mitad del sexenio, más de 102,654 personas han sido asesinadas y la tasa nacional de homicidios por cada 100 mil habitantes ha aumentado en 70.5 por ciento en los últimos seis años.

En Movimiento Ciudadano sabemos que es urgente cambiar el rumbo de la seguridad pública en México, pero además de todo esto, la violencia se ha recrudecido en múltiples rincones del país.

Sin embargo, a tres años de la administración, de Morena y en manos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, hemos visto que la inseguridad es la continuidad de una estrategia fallida de seguridad pública, e incluso una profundización del proceso de militarización.

La estrategia ha quedado a deber, los resultados y desempeño de la Guardia Nacional han sido insuficientes y estamos ante un inminente fracaso institucional en materia de seguridad pública.

A la Guardia Nacional se le ha desvirtuado su naturaleza civil; el 80 % de sus elementos provienen de las Fuerzas Armadas; sólo dos de cada 10 de sus elementos cuentan con Certificado Único Policial; es el cuerpo de seguridad que más quejas por violaciones a derechos humanos suma en el país.

Recordaremos que el año 2020 fue el año más violento de la historia moderna del país, con un promedio de 1 homicidio doloso cada 15 minutos y una tasa de homicidios de 29 muertes por cada 100 mil habitantes. Y la estrategia de seguridad sigue siendo la misma del pasado.

Nuestra visión se engloba en dar prioridad al fortalecimiento de las policías locales, en avanzar en la certificación de la Guardia Nacional, en combatir el populismo penal que ha fracaso y en pensar en nuevos enfoques de prevención a través de la reinserción:

Primero, se deben incrementar los recursos presupuestarios de las instituciones policiales locales. Hemos propuesto reformas para generar nuevos incentivos e indicadores de desempeño, pero también hemos insistido en que el Ejecutivo Federal cumpla con sus obligaciones en la materia: recordemos que el Gobierno Federal ha cumplido solo parcialmente el transitorio séptimo de la reforma constitucional de la Guardia Nacional que establece obligaciones claras para incrementar los recursos presupuestarios, las capacidades y el estado de fuerza de las policías locales.

Para dimensionarlo: tan solo en el Presupuesto de Egresos para 2022, los recursos asignados a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Nacional suman 200 mil millones de pesos, mientras que se eliminaron recursos por más de cuatro mil millones de pesos para el fortalecimiento y dignificación de las policías locales. }

En Movimiento Ciudadano tenemos la convicción de que la paz se construye desde lo local, con policías suficientes, capacitadas, coordinadas, bien pagados y en condiciones de dignidad.

Segundo, y en este mismo sentido, planteamos una reforma constitucional para homologar las condiciones y oportunidades de crecimiento, profesionalización y remuneración de los cuerpos policiales de todo el país. Por ejemplo, en Chiapas, el ingreso laboral de los elementos se ubica en seis mil pesos, mientras que en Jalisco asciende a casi 18 mil pesos mensuales.

Por eso, en Movimiento Ciudadano proponemos la homologación de las condiciones de los cuerpos de seguridad pública para los tres órdenes de gobierno, que permitan dar condiciones mínimas dignas para cada policía de este país, sin importar la latitud en la que se encuentren.

Tercero. En cuanto a la Guardia Nacional, estamos convencidos de que México necesita de una corporación federal de seguridad pública confiable, civil, eficiente, profesionalizada y con los mejores estándares de certificación policial. Sin embargo, a casi tres años de su creación, sólo el 20 % de sus elementos cuentan con Certificado Único Policial, y esto en contraste con las entidades federativas donde el avance en la certificación es del 70 %, a pesar de que, como sabemos, reciben infinitamente menos recursos que la Guardia Nacional. Por ello, hoy una de nuestras principales exigencias es que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública evalúe y diseñar una estrategia que acelere los procesos de certificación de la Guardia Nacional.

En un cuarto tema, sobre procuración de justicia, Movimiento Ciudadano ha tenido una posición muy clara en contra del llamado populismo penal: en 2018 fuimos la única fuerza política que votó en contra de la ampliación de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, porque el punitivismo no funciona, porque sólo ha servido para hacinar las cárceles con personas pobres e inocentes, sin tener un efecto directo en la reducción de los delitos, la violencia o la impunidad. La ruta correcta no es inventar o aumentar penas, la ruta debe ser el fortalecimiento de todo el sistema de procuración de justicia en el país.

Finalmente, debemos convertir a nuestro sistema penitenciario en espacios de verdadera reinserción social, donde haya garantías de trato digno y humanitario, basado en la salud física y emocional de las personas privadas de su libertad.

Esto, que hemos propuesto a través de una reforma constitucional, tendría un efecto directo en las políticas de prevención del delito y de reducción de la reicidencia delictiva, porque la cárcel mexicana actual es una escuela del delito y no de la reinserción.

La apuesta en Movimiento Ciudadano es construir una política de seguridad integral y también una ruta de salida al proceso de militarización de la seguridad pública, mediante una estrategia verdaderamente federalista en el sentido de entender que la construcción de paz empieza desde local; una estrategia que empodere y fortalezca a las instituciones civiles de seguridad de los tres órdenes de gobierno; que construya corporaciones dignas, eficaces, coordinadas, capacitadas y equipadas; y una que combata la delincuencia con inteligencia y desde la raíz.

Permítanme concluir con lo siguiente: en el año 2018, millones de mexicanas y mexicanos compartíamos un punto de encuentro: la necesidad, la urgencia, de modificar la estrategia de seguridad que se había demostrado equivocada y fallida. Nadie hubiera esperado, y lo digo con todo respeto, que se repitieran y profundizaran una por una las recetas del pasado. Hoy más que nunca imaginar y adoptar un nuevo trato para recuperar la paz en todos los rincones del país.