LAMENTABLE FALLECIMIENTO DE LEONARDO TRÉBOLE. Lamentamos informar la muerte, acaecida el anterior 24 de diciembre, fecha en que el mundo sin importar etnias

ADONAY SOMOZA HERNÁNDEZ. ……………………….

LAMENTABLE FALLECIMIENTO DE LEONARDO TRÉBOLE.  Lamentamos informar la muerte, acaecida el anterior 24 de diciembre, fecha en que el mundo  sin importar  etnias de Leonardo Mendoza Jiménez, "Mago Trébole"... Mago, amigo y huésped de la Casa del Actor Mario Moreno.

Esta lamentable noticia la difundió, a través de la Casa del Actor, Institución de asistencia privada, ubicada en la Colonia Mixcoac, Jorge Ortiz de Pinedo, presidente del Patronato, en funciones. Descanse en paz.

La misma noticia la dio a conocer la Asociación Nacional de Actores (ANDA) en una publicación en donde se informó su profundo pesar ante esta pérdida. “Nuestras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros. Descanse en paz. El cuerpo fue velado en la Funeraria J. García López, casa Gral. Prim”, se comunicó.

Todas las defunciones son lamentables, máxime cuando se convive con la persona que jamás conversará nuevamente con nosotros, ni será partícipe de tus añoranzas y planes mutuos para el futuro, y los que realmente fuimos amigos y compañeros, evocaremos los momentos en los departimos alegrías y sinsabores; así es la vida y tenemos que continuar mientras las fuerzas nos permitan existir.

Entre las películas que los cinéfilos lo recordarán como “maloso” o “villano”, destacan: "Dos machos que ladran no muerden", "La chica del alacrán de oro", "Lotería nacional 2", "México norte", "Mi compadre Capulina" y "Los amantes fríos".

El primer contacto con Leonardo Mendoza Jiménez, conocido en el medio del espectáculo como Mago Trébole, ocurrió durante la filmación de una película en los estudios América (ya desaparecidos), a partir de aquél momento me invitaba frecuentemente a los eventos presentados por la Asociación de magos, en la Colonia de los Doctores, si mal no recuerdo intentó, que uno de sus nietos, se inclinara por la carrera del ilusionismo, en algunas ocasiones me enviaba noticias del adelanto del adolescente, desafortunadamente jamás volvió a promocionar al nieto, por lo que supongo que desistió dirigiendo sus pasos por otros senderos.

Anualmente mis hijas festejan mi Cumple Menos, cuando llegaron mis “primeros” 87 años, acudió, Leonardo Trébole, al convite invitado por la familia, su presencia fue bastante regocijante al presentar actos de magia. Posteriormente, siendo Coordinador de la sección de Cultura, Espectáculos y Sociales del Diario El Valle, acudí a una bohemiada en Villa Alpina, de Pachuca Hidalgo, gracias a la intervención del Profe. Ponciano Martínez, amigo de su propietario Don. Víctor Aladro (EPD); ahí invité al Sr. Aladro publicar una inserción en el diario aludido, cuyo pago fue establecido en cincuenta por ciento en efectivo y el resto por consumo; Leonardo Trebole me comentó que tenía de invitado a un conductor de Radio, procedente de la República de Argentina y deseaba conocer sitios de interés en nuestra patria; le sugerí que viajáramos a Villa Alpina como nuestro invitado, ahí permanecimos dos días y a pesar del intenso frío, el argentino disfrutó enviando noticias para su programas de los bellos paisajes en Huasca y su deliciosos pastes; nuestro visitante regresó a las pampas agradeciendo a Trebole su hospitalidad, lamentablemente no memoricé el nombre del aludido, Leonardo me lo coreó en distintas ocasiones, pero mi computadora cerebral se negó a guardalo. (Mil disculpas, Lic. Benjamín Bernal, Edmundo, Mundo, Olivares Alcalá (Ex compañero en el Sol de México).

Las últimas ocasiones nos comunicamos vía telefónica, señalando dedicarse a presentar espectáculos en provincia, pero con el paso del tiempo, sus contrataciones disminuían; a Leonardo lo saludé personalmente en el aniversario dela Casa del Actor en 2020, siendo huésped de la Casa del Actor, donde convivimos con Erick del Castillo, su esposa, amiga y confidente de toda la vida; Kate (Catita), acompañados por Kate del Castillo, Annel, viuda de José José; Valeria Palmer y muchos más.

Posteriormente fui eliminado de la lista de prensa por lo que dejé de asistir, algunos actores internos, me comentaron que me comunicara con Jorge Ortíz de Pinedo para que me incluyera nuevamente en la lista para asistir  al festejo anual, pero lo vivido y disfrutado jamás lo eliminará la reciente administración, ahí me reunía cada año, con Jorge Mondragón, Rodolfo Echeverría y Jaime Fernández, para brindar, a puerta cerrada en la Dirección, con unas copitas de tequila, ante la benevolente mirada de Toño de Hud, los citados Descansan en Paz; pero existe Irma Dorantes quien, a la mañana siguiente nos invitaba una  degustación  gastronómica en su hogar de Cuajimalpa, así  como  Karla Estrada, cuya madre Maty Huitrón, (filmó con Mario Moreno) siendo nombrada Presidenta Vitalicia por el inmortal mimo mexicano, e hija de Don. Carlos Estrada Lang, (Diario de México-Ovaciones) EPD. Y como anunciaba Raúl Velasco en su programa dominical de Televisa Chapultepec: “Aún hay más”.

Pero, hasta aquí llegamos, deseando que los Santos Reyes, que ni fueron reyes y mucho menos santos, según las leyendas de aquellas épocas, entreguen los premios a los que hemos sido a asignados por nuestro excelente comportamiento. F: Casa del Actor Mario Moreno y de Mi Cosecha.

NO ESTÁN PARA SABERLO PERO, NOSOTROS SÍ, PARA CONTARLO: EL BRINDIS DEL BOHEMIO.   ¿Lo escuchaste alguna vez?   Gracias a Janis Zavala por tan bella remembranza, soy admirador de este poema desde que lo escuche por XEW, en la vos de Manuel Bernal “Tío Polito”

Cigarrillos y copas en torno a una mesa de cantina. Nos lo cuenta en verso el famoso poeta mexicano. Guillermo Aguirre y Fierro. El tradicional Brindis del Bohemio, declamado popularmente cada Año Nuevo. Guillermo Aguirre y Fierro escribió este poema en el año de 1915, aunque se publicó en 1942 en su libro Sonrisas y lágrimas. Tenía 28 años de edad.

El poeta y periodista nació en San Luis Potosí en 1887 y falleció en la Ciudad de México en 1949. Sus cantinas preferidas eran La Lira y El Peñasquito, sitios en los que probablemente este poema tan popular pudo haber ido tomando sus primeras notas.

El brindis del bohemio.  En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno, regocijadamente departían seis alegres bohemios. Los ecos de sus risas escapaban y de aquel barrio quieto iban a interrumpir el imponente y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos en espirales se elevaba al cielo, simbolizando al resolverse en nada, la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas, inspiración en todos los cerebros, y, repartidas en la mesa, copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto, aquel grupo bohemio, del que brotaba la palabra chusca, la que vierte veneno, lo mismo que, melosa y delicada, la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas hallábanse más lejos del grupo, y nueva inspiración llegaba a todos los cerebros, con el idilio roto que venía en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche, aquel grupo bohemio celebraba entre risas, libaciones, chascarrillos y versos, la agonía de un año que amarguras dejó en todos los pechos, y la llegada, consecuencia lógica, del “feliz año nuevo”…

Una voz varonil dijo de pronto: -las doce, compañeros; digamos el “requiescat” por el año que ha pasado a formar entre los muertos. ¡Brindemos por el año que comienza! porque nos traiga ensueños; porque no sea su equipaje un cúmulo de amargos desconsuelos…

– Brindo, dijo otra voz, por la esperanza que la vida nos lanza, de vencer los rigores del destino, por la esperanza, nuestra dulce amiga, que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiere a mi existencia puesto fin con violencia esgrimiendo en mi frente mi venganza; si en mi cielo de tul limpio y divino no alumbrara mi sino una pálida estrella: Mi esperanza.

¡Bravo!, dijeron todos, inspirado esta noche has estado y hablaste bueno, breve y substancioso. El turno es de Raúl; alce su copa y brinde por… Europa, ya que su extranjerismo es delicioso…

Bebo y brindo, clamó el interpelado; brindo por mi pasado, que fue de luz, de amor y de alegría, y en el que hubo mujeres seductoras y frentes soñadoras que se juntaron con la frente mía…

Brindo por el ayer que en la amargura que hoy cubre de negrura mi corazón, esparce sus consuelos trayendo hasta mi mente las dulzuras de goces, de ternuras, de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente brote un torrente de inspiración divina y seductora, porque vibre en las cuerdas de mi lira el verso que suspira, que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas lleguen hasta las grietas formadas de metal y de granito, del corazón de la mujer ingrata que a desdenes me mata…¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto, porque enjuguen mi llanto sus manos que me causan embelesos; porque con creces mi pasión me pague… ¡vamos!, porque me embriague con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas, de aquellas tan humanas que hallan en todas partes acomodo, y en cada frase de entusiasmo ardiente, hubo ovación creciente, y libaciones, y reír, y todo.

Se brindó por la patria, por las flores, por los castos amores que hacen un valladar de una ventana, y por esas pasiones voluptuosas que el fango del placer llena de rosas y hacen de la mujer la cortesana.

Solo faltaba un brindis, el de Arturo, el del bohemio puro, de noble corazón y gran cabeza; aquel que sin ambages declaraba que solo ambicionaba robarle inspiración a la tristeza.

Por todos lados estrechado, alzó la copa frente a la alegre tropa desbordante de risa y de contento los inundó en la luz de una mirada, sacudió su melena alborotada y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa en la que halláis consuelo en la tristeza, rescoldo del placer ¡desventurados!; no por esa que os brinda sus hechizos cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros, siento por esta vez no complaceros. Brindo por la mujer, pero por una, por la que me brindó sus embelesos y me envolvió en sus besos; por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño lo que vale el cariño exquisito, profundo y verdadero; por la mujer que me arrulló en sus brazos y que me dio en pedazos uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana que piensa en el mañana como en algo muy dulce y muy deseado, porque sueña tal vez que mi destino me señala el camino por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida, por la que con su sangre me dio vida, y ternura y cariño; por la que fue la luz del alma mía; y lloró de alegría sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore, que en lágrimas desflore esta pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi madre ausente, por la que llora y siente que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora y que del cielo implora que vuelva yo muy pronto a estar con ella; por mi madre, bohemios, que es dulzura vertida en mi amargura y en esta noche de mi vida, estrella…

El bohemio calló; ningún acento profanó el sentimiento nacido del dolor y la ternura, y pareció que sobre aquel ambiente flotaba inmensamente un poema de amor y de amargura. F: Janis Zavala.