SANTO Y SEÑA

. AGUSTÍN DE LA CRUZ NORIEGA. …………………….. LA LEY ANTE LA CRUELDAD. La muerte de Scooby, una mascota canina, exhibe la crueldad y la saña de una persona sin escrúpulos. El perro que sufrió el peor dolor a manos de un hombre de conducta bestial, decidió lanzarlo a un cazo con aceite hirviendo en una carnicería ubicada en el municipio de Tecámac, Estado de México. Y habría que pensar en los llamados controles de confianza que se aplican en las corporaciones policiales, porque el sujeto resultó ser un “representante” de la Ley de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. Sergio “N” a quien se identifica así por esos absurdos de la justicia, es la persona (¿Será?) quien carente de escrúpulos cometió el aberrante hecho. Al salvajismo por el que debe ser castigado, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México ha encontrado elementos para vincular al sujeto a otro proceso por su probable participación en el delito de homicidio calificado en grado de tentativa. Esta acción de barbarie, es una oportunidad para que el Ministerio Público de la FGJEM pueda encontrar los soportes legales que impidan a Sergio “N” obtener una pronta libertad. El personal del Fiscal José Luís Cervantes Martínez tiene la oportunidad de refrendar lo que en el discurso oficial aparece como un compromiso para aplicar la Ley. Es cierto que los sabuesos de la Fiscalía mexiquense se aplicaron para ubicar y detener al responsable de los acontecimientos que reflejan una degradación de valores. Para conseguirlo hubo una valiosa coordinación con las autoridades policiales de la Ciudad de México, pero el hecho podría haber quedado en el olvido. La fuerte presión recibida en las redes sociales y la condena generalizada por parte de la sociedad, vino a significar un punto de partida para los Agentes de Investigación Policial de la Fiscalía del Estado de México y evitar la impunidad. Cierto que el Fiscal General Cervantes Martínez ha puesto especial énfasis en castigar la crueldad en contra de los animales y que, incluso, hay una oficina especializada en el combate a ese delito. Prueba de ello es que del primero de enero al 29 de mayo del año que corre han sido presentadas1191 denuncias por mal trato animal. Sin embargo ahora dependerá del Ministerio Público aplicarse para evitar que el desquiciado sujeto (¿en su fuente de trabajo le habrán practicado alguna vez el examen de antidopaje?) pueda obtener la libertad bajo la tutela de algún abogado inescrupuloso. Las acciones concertadas con las autoridades de la Ciudad de México son un reflejo de los convenios y acuerdos que se han establecido de manera institucional y que significan una colaboración que debe mantenerse vigente. Que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Comisión Nacional Antihomicidio de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal y la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México unifiquen esfuerzos es loable. Pero las instancias correspondientes de la dependencia en la laboraba el presunto responsable, porque teóricamente fue dado de baja, tienen un ejemplo tangible para examinar cuidadosamente a quienes contratan. La cero tolerancia que el Fiscal Cervantes Martínez ha pregonado para combatir el mal trato animal, encontró eco hasta en las instancias presidenciales. Sólo resta esperar que la Ley se aplique cabalmente en este caso donde la crueldad no tuvo límites. Estaremos pendientes de ver si en la realidad las acciones son congruentes con los discursos oficiales.