Santo y seña, la operación limpieza en el Estado de México

.AGUSTÍN DE LA CRUZ NORIE………………….

La escoba, ¿o será aspiradora de gran potencia?, llegó a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. En lo que podría llamarse “Operación Limpieza”, José Luís Cervantes Martínez ya dio color de cuál será la tónica para quienes aspiran a formar parte de esa dependencia.

Con la bandera de honestidad, combate a la corrupción, respeto a los derechos humanos y desterrar los abusos y la prepotencia, el Fiscal está dispuesto a darle un nuevo rostro a la FGJEM, tarea nada fácil.

Por lo pronto la “Operación Limpieza” ya pasó a más de 2 mil servidores públicos a un proceso que los separa de los cargos, enfrentan procesos administrativos, sentencias o sentencias condenatorias.

La mayoría han sido separados de sus cargos o cambiados para ejercer sus funciones en otras áreas, pero eso no quiere decir que se libren de estar vigilados para que no se aparten de los principios que Cervantes Martínez ha establecido.

La limpia, que dicho sea de paso urgía, incluye que en cada oportunidad que se presenta el personal escucha de viva voz de Cervantes cuáles son los códigos que no admiten interpretaciones, sino únicamente su cumplimiento.

Urgía que alguien se decidiera a intentar, al menos no hacerse de la vista gorda, a exterminar ese cáncer en las filas de la Policía de Investigación, las Agencias del Ministerio Público, los Servicios Periciales y hasta en las ventanillas donde se realizan trámites y el cochupo y la extorsión imperan.

Nos cuentan fuentes bien documentadas, que habrá una supervisión permanente en todas las oficinas que dependen de la Fiscalía que encabeza José Luís Cervantes Martínez y que quienes se escudaban en la lejanía para no ser vigilados, ya tienen de qué preocuparse.

Aunque hasta el momento han sido sancionados poco más de 2 mil servidores públicos, la cifra podría aumentar porque no hay contubernio que los exima de ser pasados al banquillo de los acusados.

La depuración para arrancar y eliminar la deshonestidad, los abusos de autoridad y malas prácticas, no es cosa de juego. Son acciones que han caracterizado al Fiscal en los diferentes puestos que ha desempeñado.

Ese hombre que fue integrante del Poder Judicial del Estado de México como Magistrado del Segundo Tribunal de Alzada en Materia Penal y que es abogado por la Universidad Anáhuac con estudios en Georgetown University Washington, D.C. y Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile, sabe a lo que se enfrenta pero no lo tiembla la mano a la hora de actuar.

Sabe perfectamente cuáles son las dimensiones de viejos vicios que entorpecen, dañan y perjudican el funcionamiento de la FGJEM, de ahí la importancia de las acciones que no son menores.

Persona de valores éticos que lo distinguen, tiene palabra de honor y sabe cumplirla a cabalidad.

En la Fiscalía General de Justicia del Estado de México imperan, también, necesidades urgentes que deben ser atendidas. Oficinas donde el personal padece hacinamiento, falta de actualización en los sistemas de comunicación, personal que requiere capacitación y actos de prepotencia que lastiman a la ciudadanía.

La ineficiencia también es un derivado de la deshonestidad, por lo que urge que la FGJEM tenga un equipo de trabajo mejor preparado y con estándares superiores de lo que es el servicio público.

Mientras tanto ya se pusieron en práctica métodos para fortalecer el proceso de saneamiento. Nos dicen que al aplicarse nuevas medidas para la contratación de nuevos elementos, el riguroso procedimiento se está aplicando.

A manera de ejemplo es que fueron ofertadas 142 plazas para la Policía de Investigación y 180 para Agente del Ministerio Público. Y con miras a tener personal altamente calificado y preparado para dar un servicio de calidad a la sociedad mexiquense, se tuvo la participación de 12 mil personas que aspiraban a ocupar las plazas que fueron concursadas.

En la selección de ese nuevo personal las responsables aplicaron métodos minuciosos que permitan consolidar la vocación de servicio y deben reflejarse en su funcionamiento.

El Fiscal debe tener presentes las penurias que denunciantes padecen cuando acuden a presentar una demanda, pareciera que los afectados son infractores porque son sometidos a sesiones de larga espera, interminables trámites y sufren la penuria de la burocracia como se quisieran disuadirlos en su búsqueda de justicia.

La decisión de eliminar de la Fiscalía a los malos elementos, tiene que abarcar todos los niveles y todas las áreas en las que el público padece las arbitrariedades. No se trata solamente en agentes de la Policía de Investigación o Ministerios Públicos, también secretarios y secretarias, personal que tiene trato directo con quienes buscan soluciones y no maltratos.

El Fiscal General de Justicia del Estado de México, José Luis Cervantes, tiene a su alcance convertirse en médico cirujano para cambiarle el rostro a una dependencia que está para servir y no para servirse de las urgencias de la ciudadanía.

No es tarea fácil, pero hay que concederle el beneficio de la duda. Avanzado el tiempo sabremos si los códigos de honor se mantienen vigentes. Nos vemos en la próxima entrega.