Se reconfigura la población mundial
ANA KAREN GARCIA HERNANDEZ. …………………………..
Tuvieron que transcurrir miles de años para que en el planeta llegaran a conjuntarse mil millones de seres humanos, eso ocurrió aproximadamente en 1820; sin embargo, en tan solo 200 años esa cifra transitó a más de siete mil millones, por lo que la tendencia indica que para 2050 se alcanzarán 9 mil 700 millones, manifiesta Armando García de León Loza, técnico Académico del Instituto de Geografía de la UNAM.
Aun con ello, detalla, el planeta enfrenta algunas tendencias contradictorias. Por una parte, la tasa de crecimiento anual decrece: en 2010 era de 1.23 por ciento, y en 2050 se prevé que sea solo de 0.59 por ciento; no obstante, en cuanto al nivel de valores absolutos, la masa de población ha sido tan grande que en 2050 se contabilizará un aumento de 2 mil 800 millones de personas, es decir, 40 por ciento más de las que había en 2010.
Lo anterior se debe a otro comportamiento paradójico: la tasa de natalidad promedio global era de 4.5 hijos en 1970, y en 2015 solo de 2.5; sin embargo, la vida promedio del ser humano se incrementó de 64 años en 1990, a 73 años en 2019, aunque este proceso se moderó debido a la pandemia, describe el experto.
Al referirse en entrevista al Día Mundial de la Población, que se conmemora el 11 de julio, el también docente del Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional expone que hay menos hijos, pero la esperanza de vida es mayor, y la cantidad de habitantes sigue creciendo.
García de León Loza, especialista en planeación, señala que, a nivel mundial, en 1990 el 6.1 por ciento de la población tenía 65 años de edad o más, y en 2020 aumentó a nueve por ciento, por lo que se reitera un crecimiento progresivo.
“La población en edad activa, que se calcula entre los 15 y 64 años de edad, se ha mantenido sin demasiados cambios; ha pasado de 61 por ciento en 1990 a 65 por ciento en 2020. Empero, la población infantil va cayendo de manera sustancial: de 33 por ciento, del total mundial de habitantes en 1990, transitó a 25 por ciento en 2020”, destaca.
India, China y México. Hasta 2022 la República Popular China encabezó la población mundial. En ese año India la superó como el país con más habitantes; en 2025 tendrá mil 470 millones, y China mil 430 millones.
“Para 2025 sumarán aproximadamente 8 mil 200 millones de habitantes, pero de esos, 3 mil 320 millones serán de India o de China, quiere decir que uno de cada tres habitantes del planeta será originario de esos países; o bien, si agregamos la población de Pakistán y de Bangladesh, esa sola región del planeta formada por solo cinco naciones, englobará al 40 por ciento de la población mundial”, detalla.
Países como Etiopía y Nigeria “crecen rápidamente”. En tanto, asegura, México se había mantenido entre el lugar global 12 o 13, hasta que alcanzó el número 11 en 1990; estuvo entre los 10 más numerosos, pero Etiopía lo superó.
“Nuestro país parece estar inmerso en un problema demográfico. Teníamos una población en 1980 de 66 millones de habitantes, hoy ya tenemos el doble en menos de 45 años, me atrevo a hacer un símil, una analogía: imaginemos que 10 millones de habitantes representan un solo hijo, entonces (en 1980) México tenía seis ‘hijos’ (66 millones de habitantes); y ahora ya son 12 hijos (126 millones, en 2024) y es una sola familia (la cual sigue creciendo) con una cantidad limitada de recursos; así se va a complicar mucho darles a todos una calidad de vida aceptable”, alerta García de León Loza.
Impacto con el medio ambiente. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), recuerda, estableció el 11 de julio de 1990 como el Día Mundial de la Población, debido a la preocupación internacional que había por el rápido crecimiento demográfico que vivía el planeta desde décadas atrás. El objetivo era “aumentar la conciencia sobre las cuestiones de población, incluidas sus relaciones e impacto con el medio ambiente, y el desarrollo”.
“Hoy en día el PNUD prevé que tal cantidad de nuevos habitantes en el planeta afectará el desarrollo económico, porque el crecimiento del empleo no va a la par de la población, ni el ingreso, además de que la pobreza no disminuye, hay mayor demanda de prestaciones sociales y se complica la disponibilidad de recursos fundamentales como el agua”, finaliza el universitario.
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