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Simulación quitarle fuero al presidente



Si realmente en México se ejerciera una democracia pura y transparente, y el pleno ejercicio de la ley se aplicara sin ningún menoscabo, estaríamos hablando de una nación que estuviera preocupada por avasallar todo índice de corrupción, la cual es avalada desde el alto poder de la Presidencia de la República, que como siempre, el caudillo de papel Andrés Manuel López Obrador sigue trazando la agenda nacional de forma espuria, a su antojo y a su conveniencia conforme a sus intereses personalísimos.

El artículo 71 constitucional faculta la creación de leyes por parte del Ejecutivo federal, previamente revisadas y analizadas por el pleno de la Cámara de Diputados, pero claramente especifica también que “no podrán tener carácter preferente a iniciativas de adición o reforma a esta Constitución”, según al párrafo adicionado DOF 09-08-2012.

En la tesis doctoral todo funciona como un ornamento de poder, pero lamentablemente los cinturones de corrupción están a la orden del día, es decir, desde que López Obrador llegó al poder de Palacio Nacional, “maldita la hora” en que se trazó el infortunio de millones de mexicanos que ahora viven la agonía de haber votado sin razonamiento ético alguno porque el famoso Caín de Macuspana sigue cometiendo pifias que van en contra del desarrollo de toda la nación.

La corrupción se da desde Palacio Nacional, ya que ante ese ominoso escaño, fijando toda su atención panorámica para destruir lo construido con creces a través del último siglo, busca diluir todo esquema democrático hasta rendir pleitesía a la obra de Víctor Hugo, Los Miserables.

El pueblo mexicano no es tan inteligente como se esperaba, aseguran connotados estudiosos, sino que se permite tener el “lujo” de echarse una ficticia soga al cuello para convertirse en la casta de Miserables de López Obrador quien ha dejado muestras que su comportamiento “nacionalista” que ni le asiste, sino por el contrario, deja entrever que “no es mexicano” porque siempre pretende ayudar a otras naciones centroamericanas como continuamente lo hace con El Salvador, que pareciera que esa tierra lo vio nacer.

La sobrevivencia en la supuesta tierra que vio nacer a López (Tabasco), le han gritado hasta la saciedad toda clase de improperios, toda vez que esos millones de miserables le han mentado literalmente la madre, quien ahora desafortunadamente ya se apartó de su “pueblo noble” ya que se ha visto protegido por elementos de la llamada Guardia Nacional, antiguamente Guardias Presidenciales, un grupo disuasivo que viene cometiendo violaciones constitucionales contra los derechos humanos de los mexicanos.

A la mitad del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, este reportero free lance tuvo la iniciativa de enviarle una carta de alerta sobre las futuras tendencias que pretendía López Obrador de ir edificando un régimen socialcomunistoide, cosa que sus colaboradores agradecieron la atención pero sin ejecución alguna.

Al igual, años atrás, en el año 2003, este mismo reportero se dio a la tarea de ir más allá de las investigaciones que siempre le han incomodado al actual presidente en relación a su negro pasado.

Es decir, surgió un trabajo literariamente irrefutable denominado Crímenes Ocultos de López Obrador (SEP-INDAUTOR Registro Público 03-2006-110112161900-01. ISBN-17,590), para lo cual, los amanuenses periodistas identificados como Ciro Gómez Leyva (en radio Fórmula) y su cómplice de marras, el jesuita Carlos Marín (ex director de Milenio Diario), se encargaron de desacreditar ese libro de tan solo 54 paginas.

La crudeza evolutiva para desmoronar la virtud de la verdad en esas 54 páginas no solo se vio obstaculizada por esos extraños enemigos de la libertad de expresión, sino que hasta cuatro casas editoriales aceptaron estudiar el proyecto del citado ejemplar (Diana, Edamex, Océano y Porrúa), pasando meses para su posible observación que a final de cuentas coincidían en no apoyar ese tipo de proyectos porque su “línea” editorial tienen otros fines como el salvajismo comercial.

Con el libro debajo del brazo, se orientó otra estrategia la de acudir al comercio informal. Los líderes vagoneros del Metro de la Ciudad de México mostraron su pundonor por este legajo literario que sigue siendo un “best seller” populachero, dándose a la tarea de imprimir un tiraje de cien ejemplares, atrayendo el descontento de las autoridades.

En 2003 este reportero, fortuitamente convertido en un escritor no autorizado de la triste vida en relación a los Crímenes Ocultos de López Obrador, sufrió la persecución gubernamental a grado que los voceros oficiosos ordenaron que se le cerraran todas las puertas en los diarios de la capital de la República, para no hallar trabajo alguno.

Desde ese entonces, se convirtió en la primera víctima del poder del Peje como jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, solo que con los años, ni el propio AMLO ni su maquinaria represora ha presentado un desmentido en relación a esta aventura literaria que hasta la fecha sigue vigente.

No es de extrañar que agentes políticos sumergidos en el periodismo crítico, sigan enarbolado la bandera de la libertad de prensa, como es el caso de la ex diputada priista Beatriz Pagés, quien como directora de la Revista Siempre (pp. 17-19), habla sobre la fuerza omnipotente del Presidente de la República.

No se eliminó el fuero presidencial –afirma la periodista y escritora de origen tabasqueño-.

Se equivocan quienes afirman que se eliminó el fuero al presidente, advierte el catedrático de la UNAM, Francisco Burgoa, quien señala que se ampliaron los delitos por los que puede ser juzgado el mandatario, pero de ninguna manera se le quitó la protección.

Burgoa recuerda la reciente acción emprendida por la senadora panista Kenia López Rabadán, quien junto con otros legisladores, presentaron una denuncia ante la FGR en contra del presidente por el delito de ejercicio indebido del cargo público por la toma de decisiones del presidente respecto de las inundaciones en Tabasco.

“En este caso, si la legisladora hubiera presentado hoy esta denuncia ante la Cámara de Diputados, no veo que aunque existan pruebas contundentes que acrediten la probable responsabilidad del presidente, primero que la Cámara de Diputados con una mayoría absoluta, lo acuse y después que el Senado sentencie al presidente a la pena que considere.

“A lo mejor lo que podría hacerse, es modificar reglas de prescripción para que una vez que concluya el cargo presidencial, a partir de ahí se empezará a contar la prescripción para que no sea la cuestión de que justo cuando esté concluyendo el cargo, prescriba la acción penal.

“La otra es hacer que quien investigue la probable responsabilidad del presidente por haber cometido un delito sea personalmente el Fiscal General de la República, y si es el caso, que se judicialice ante la SCJN.

“Valdría la pena revisar exactamente el mecanismo que tenemos para garantizar que no haya impunidad por una parte, y por la otra, que no se convierta en un show político, porque ese es también un gran riesgo”, puntualizó el catedrático Francisco Burgoa.

Lo cierto de todo este marco de desesperanzas y saqueos económicos y financieros, el gobierno de López sigue careciendo de pies y cabeza, nació como los plátanos de su propia tierra: chuecos, cuyos corifeos son ampliamente manipulables que si protestan, su camaradería con el Mesías y Caín de Macuspana, le restaría “confiabilidad” y ser expulsados de su pésima administración.

Lo peor también es muy cierto que a dos años de este mal gobierno, el aprendiz de dictador conformó estúpidamente una oclocracia integrada por la muchedumbre, emergida como el poder de la turba, una fórmula degenerativa que atenta contra la democracia, creyéndose López tan omnipotente traducido en un monarca para desembocar en la tiranía o la aristocracia de la izquierda en oligarquía.

¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, eso de soportar una administración mediática con duración de 2,190 días, traducido en 182 semanas para conformar un sexenio, ¡qué Dios nos siga agarrando confesados!

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