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Sueño himnótico mexicano, que es irremediable pesadilla del comunismo


. BLAS A. BUENDÍA. …………………………………

México, irremediablemente, sufre de un ensueño himnótico de control, donde las viejas y nuevas generaciones no se dan cuenta que el bodrio pejista-morenista que llaman “nueva constitución”, fastidiará en lo más profundo el valor de la propiedad privada.

El artilugio que atenta el espíritu constitucionalista del 17, pasará a ser un vehículo de robo, asalto y pillaje, toda vez que la candidata oficialista presidencial Claudia Sheinbaum, está empecinada en destruir la Carta Magna haciendo creer que ésta ya está desfasada por los cambios vertiginosos que trae consigo la teoría tecnológica.

“La Nueva Constitución Mexicana 2021”, es un peje proyecto que retoma el espíritu social de la Constitución de 1917 y recoge el legado de las culturas originarias y las luchas sociales de la historia, según quienes aprovecharon la coyuntura política que se vive en estos momentos.

En el contexto del Siglo XXI, esta “nueva constitución” establece una forma de “gobierno republicano” en la que la administración pública, la impartición de justicia y la formulación de leyes, estarán a cargo de asambleas políticas comunitarias, municipales, estatales y nacionales, articuladas con consejos técnico-temáticos, gremiales y sectoriales, en pocas palabras, transformará el estatus jurídico mexicano en un ente con tendencias social-comunistoides, al muy estilo de Hitler, Stalin y Mussolini, y una veintena de dictadores que se remolinan detrás de largos telones que ocultan el satanismo del socialismo perverso.

Además, en el referido bodrio, se eliminan el presidencialismo y el electorerismo, y se establece un proceso para transitar hacia “La Sociedad del Afecto”, en la que cada persona se ocupa del bienestar de sus comunidades y las colectividades.

La sociedad tiene una obligación ética y moral de avizorar sobre los contenidos de esta “nueva constitución” y sus peligros que conciernen en transformar al México moderno hacia la decadencia comunista del siglo XXI, acciones que se creían superadas, pero no, a partir de la conformación del Foro de Sao Paulo que aglutina partidos y grupos políticos de izquierda de América, desde reformistas centroizquierdistas hasta colectividades políticas de izquierda revolucionaria, fue fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil en São Paulo en 1990.

Según sus palabreros fundadores, fue constituido para “reunir los esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda”, y para debatir sobre el escenario internacional post caída del Muro de Berlín con el objetivo de combatir las consecuencias del neoliberalismo en los países de América, solo que soslayan una gran realidad que a estas alturas del nuevo milenio, solo vendría a retroalimentar el Código del Miedo, que para los mercenarios del mal calificado partido Morena —el antiguo PRI—, sigan saqueando la riqueza de los pudientes, acrecentando los cinturones de pobreza y miseria a su alrededor.

Si bien el alma de esta supuesta “nueva constitución”, impulsada por recalcitrantes “rojillos intelectuales” que se engloban en un Consejo Nacional del Poder Ciudadano a nivel latinoamericano, su tendencia será el desorden institucional, tan ejemplar lo que vive México actualmente, predominando el narcotráfico, ente que ya puede presumir que cuenta con su #NarcoPresidenteAMLO.

Aunque Morena se empeñe en negarlo sistémicamente, el Obradorato sirvió para evacuarse como el sexenio más sangriento de la historia, en cuyo entorno, la más beneficiada ha sido la “Industria de la Muerte”, porque la Asociación Mexicana de Servicios Funerarios ha logrado ganancias descomunalmente multimillonarias.

El futuro actual que ya no es tan incierto, sino que con el artículo 139 de la “Nueva Constitución” que, incluso, viene proponiendo Claudia Sheinbaum, traerá consecuencias fatales en caso que si los Congresos de las 32 entidades federativas avalen la complejidad de esa bazofia “literaria”.

Se propone que se acabe la propiedad privada para deformar el contendido constitucionalista del 17, por el estatus antijurídico por “concesión” de la casa donde vivan los mexicanos, la cual, en cualquier momento, el Estado la pueda expropiar el gobierno ladrón.

En la víspera de la contienda electoral presidencial del 2 de junio (2024), la colectividad no ha reflexionado de los peligros que se avecinan de tener un gobierno totalitarista, en un triángulo polinésico, término acuñado por el escritor francés Charles de Brosses en 1756.

Esa polimesia con divergencias kakistocráticas, como son la Oclocracia, la Anocracia y la Anaciclosis, traducido en un sueño himnótico que irremediablemente representará una pesadilla que se trampea con el comunismo en México, tendrá resultados negativos.

El salvajismo de la ignorancia de millones permitirá que la kakistocracia obradorista se enriquezca para hacer caer a la Nación en las garras del colectivismo socialista, que para deshacerse de éste, tendrán que pasar 80 años, o más de un siglo, para recobrar la libertad de los mexicanos

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 sigue siendo la Carta Magna y Norma Fundamental, establecida para regir jurídicamente al país, la cual fija los límites y define las relaciones entre los poderes de la federación: Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, entre los tres órdenes diferenciados del gobiernoː el federal, estatal y municipal, y entre todos aquellos y los ciudadanos.

Asimismo, fija las bases para el gobierno y para la organización de las instituciones en que el poder se asienta y establece, en tanto que Pacto Social Supremo de la sociedad mexicana, los derechos y los deberes del pueblo, permanecerían hasta en tanto no haya otros locos que atenten contra el espíritu de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.

La Constitución de 1917 es una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal, dado que fue la primera Constitución de la historia que incluyó derechos sociales, expresados en los artículos 3, 27 y 123, producto de las demandas de las clases populares que protagonizaron la Revolución mexicana.

En total, el texto constitucional cuenta con nueve Títulos que contienen 136 artículos y 19 transitorios. El texto sigue los lineamientos clásicos de las doctrinas políticas al contar con una parte dogmática, que abarca los primeros 38 artículos y establece derechos y obligaciones, y una parte orgánica, contenida en los 98 artículos restantes y que define la organización de los poderes públicos.

Tuvo como precedentes la Constitución de Apatzingán de 1814, la Constitución de 1824 y la Constitución de 1857. Respecto a esta última, en términos del Sistema Político de México, entre los cambios principales se encuentran la eliminación de la reelección del Presidente de la República y del cargo de vicepresidente, así como la creación del municipio libre.​

Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, “no existe ni la Constitución, ni la Justicia, ni la Dignidad, ni la Congruencia, ni la Decencia, ni la Diplomacia, y mucho menos, amor por México”, advierte el prestigiado abogado penalista Alberto Woolrich Ortiz.  

En el entorno popular, que a través de una investigación periodística de campo, se escuchó la palabra subjetiva “Ojalá”, conjugada con el ojalá que se asuma la conciencia de millones y logren que NO gane Morena ningún espacio parlamentario, sin alcanzar la mayoría que necesita en el Congreso federal para deformar la actual Constitución.

De lo contrario, millones de mexicanos no podrán quejarse. “Tomemos conciencia, piensen en esta realidad que estamos viviendo. NO VOTES POR MORENA. Un ‘Reenvíalo’ todas las veces que puedas. Gracias”, es el clamor que no solo se percibe en las redes sociales que se integran a la instantánea Inteligencia Artificial, sino a una Revolución de Conciencia antes de que los rojillos morenistas sigan destruyendo la Unión de la Nación.

¿Y del porqué de todo esto?. Porque el 136 de la Carta Magna, define y pone en su lugar a todos esos Traidores de la Patria, que pertenecen a un sectarismo oscuro dominado por los adoradores del Diablo y la Santa Muerte… ¡Qué Dios nos agarre confesados!

Artículo 136.- Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta.

De tal suerte que México superará esta crisis política como ya la sorteo en el pasado, que trajo un baño de sangre en medio del fuego cruzado antes, durante y después de la Revolución Mexicana de 1910, como consecuencia de un levantamiento contra la dictadura de Porfirio Díaz, tras ser derrocado por sus más de 30 años en el poder, y cuya conflagración inhumana se alargó por una década.

 

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