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Toga y birrete, enemigos de México. Pánico y dolor, perdurarán hasta la muerte.



A través de la historia, México ha vivido incomparables certámenes políticos que lo han orillado a convertirlo en “tierra de nadie” y en una meseta del psico-narco-terrorismo que se ejerce desde las más altas cumbres del poder, hasta lo más rancio e incipiente de los conflictos de intereses oscuros, que pareciera que la prensa, al dar cuenta de todo este tipo de adversidades deformadoras, los periodistas críticos al sistema, sigan siendo considerados como entes incómodos por parte del Estado mexicano, dentro de una cultura de la gandallez extrajudicial.

“El que no quiera ver fantasmas, que no salga de noche…”, es la severidad del ayer como activista rebelde y hoy presidente de México, que en la praxis, es interpretativa la aleación para ejecutar la censura que pretende aprobar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el ánimo de distorsionar el contenido y espíritu del articulado 6º y 7º constitucionales.

El asesinato de la reportera María de Lourdes Maldonado López, ocurrida en Tijuana, Baja California —así como de muchos más—, es una fehaciente muestra que los crímenes de Estado en contra de periodistas, que le son “incómodos”, es el rostro de la política sangrienta de un gobierno oclocrático que en lugar de utilizar las armas de la razón, masacran con metralletas la conciencia del pueblo mexicano.

Es, afirman estudiosos en materia de justicia y derechos humanos, la antesala de una plena exactitud de atentar contra la vigencia al “Derecho de las Audiencias de radio y televisión”, que se ha promovido y “ordenado” desde el Ejecutivo, que en cualquier contenido de las estaciones de radio y televisión del país, se debe diferenciar entre lo que es la información noticiosa y la opinión de quien la comunica.

Ese propósito intelectual que está fuera de la razón, abyectamente contiene un sentido de conveniencia, se magnifica como otra cortina de humo y un distractor ante las tantas pifias y ocurrencias que viene propiciando el Jefe del Ejecutivo federal, para seguir encaminando a México por el sendero del retraso y la ignorancia social, un régimen demagogo que goza en dañar la salud de la gente.

Significa también, otro emblemático embate que desde las cloacas del poder omnímodo, pretende erigirse como un “moderno” Torquemada para sancionar hasta con cárcel, en contra de quienes osen por criticar al mal gobierno de la actualidad, ya sea unipersonal o a través de la objetividad de terceras personas.

La censura es aterradora, cuando los supuestos impartidores de justicia pierden el piso y se centrarse en el ojo del huracán de “no tener idea” sobre las esperanzas, sueños y temores de los gobernados, los oclocráticos de la 4T buscan agrandar sus tentáculos distorsionadores para erigirse como auténticos enemigos de México.

Sus acciones han demostrado no saber gobernar y llevar al país al sendero de la desgracia social, es decir, letrados en Derecho como el abogado José Luis Aguirre Huerta, advierte que “vamos hacia la dictadura castrista, que reduce aún más la libre expresión de las ideas, un control formal e informal del límbico de las masas”.

Es decir, en la actualidad se sabe que el sistema límbico está involucrado, junto con otras estructuras más allá de sus límites, en la formación de la memoria, el control de las emociones, las motivaciones y diversos aspectos conductuales.

Enemigo de la antidemocracia, la injustica y la represión —señala el también Presidente de la Barra Interamericana de Derechos Humanos—, “las fuentes de la información pueden verterse periodísticamente con diversos enfoques, desde el sensacionalismo, hasta la opinión crítica, actos que al régimen le molesta todo atisbo de cuestionamientos”.

El prestigiado penalista, puntualiza: “La agudización de las contradicciones de clase, precipitan los cambios; ya es tiempo de alternancia para la democracia”, urgió a actores del quehacer político mexicano.

En esta propia vertiente, es razonable la postura política de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, ya que la Corte, a la que se le considera “atacante directo a la libertad de expresión, al derecho a la información y a los derechos de las audiencias de disentir”, los comunicadores y editores de los medios electrónicos, es ineludible consignar la diferenciación entre lo que es la información noticiosa y la opinión responsable de quien la comunica, es decir, que por antonomasia, la sociedad debe estar bien informada, debe contemplar los dos parámetros de cualquier vicisitud.

Las tormentas antijurídicas son temporales, toda vez que en medios periodísticos se acusa que “es una verdadera vacilada” de los ministros que conforman la Primera Sala de la SCJN, pretendan suplantar acciones reformadoras, retrógradas y con una cultura de la gandallez, pretendiendo censurar la labor histórica que debe seguir la prensa en general. De no hacerlo, conllevarían a la pérdida de tiempo cuando se debe centrar la crítica constructiva en el vergonzoso papel que viene desempeñando el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado acremente a nivel mundial.

Propicio es manifestar que la existencia de la prensa crítica en un país que no se auto censura, es artífice de la defensa de los derechos de la sociedad; tiene un doble cariz de veracidad entre la asunción de aquellos agentes que vienen abusando del poder contra los observadores fustigadores que a pesar de que son protegidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y sus leyes secundarias como la Ley de Imprenta, son arteramente asesinados por las balas de la antidemocracia.

“La ley gandalla del Palacio de Justicia de Pino Suárez”, para los expertos en ciencias del Derecho, a simple vista, sus acciones se ha convertido en un promovente incondicional y entreguista a la 4T, cuya acción funcional se suma a los trapujos de la Oclocracia, en un alguien que se tapa para no ser coloquialmente conocido, que se reserva o disimula en el disfrazas para oscurecer la verdad de todo suceso.

En pocas palabras, esas togas y birretes, presenta un ensayo para imponer, con el sello de la Cuarta Transformación, un modelo nazi persecutorio contra quienes ejercen el periodismo de lucha por las libertades, denunciando a esos gobernantes que se enredan en asuntos turbios, soslayando la operatividad y respeto de los códigos de la ética.

Lo cierto que Palacio Nacional carece de un operador político de medios, sino más bien, la operatividad de “imagen” la manipula y autodestruye el mismísimo Jefe del Ejecutivo en sus llamados sermones mañaneros, los cuales se han transformado en Reality´s Show’s de mal gusto, en cuyo teatro, su conductor se encarga de documentar situaciones sin guion y con ocurrencias actuales, en las cuales interactúa un elenco que hasta entonces es desconocido.

Se hace hincapié que este género usualmente resalta lo dramático y conflictivo de la vida de los personajes, algo que lo compara con el género documental. Utiliza diferentes elementos estandarizados como los confesionales donde el elenco expresa sus telerrealidades, erigiéndose en un juez sin control, bajo el concepto de “la inmunidad de la eliminación”.

CIRT. En la contextualidad, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) manifestó su desacuerdo a la sentencia del amparo por la que se ordena que en cualquier contenido de las estaciones de radio y televisión del país se deba “diferenciar” entre información noticiosa y la opinión de quien la comunica.

Y en el esquema del retrogradismo y la cultura de la gandallez de la SCJN en materia de libertad de expresión, resalta el entusiasmo de interrogar a la misma Corte, si los crímenes de Estado en contra de los periodistas críticos e incómodos del sistema, ¿cómo sería conveniente considerarlos, una “noticia”, una “opinión” o hechos consumados de las manos asesinas que solo el poder de la mafia gubernamental, tiene la amplia capacidad para ejecutar y acallar las voces democráticas que se plasman en la prensa en general?

De tal suerte que la protesta de la CIRT, se enmarca de la sentencia del amparo en revisión 1031/2019, aprobada por mayoría en la Primer Sala de la Suprema, el 19 de enero de 2022, por lo que la Cámara en comento, adelantó que será impugnada con los recursos que por ley, le confiere.La representación industrial explicó que se trata de una obligación de imposible cumplimiento en la realidad y que va en contra del más elemental sentido común, además de que se corre el riesgo inminente de que sean cancelados la mayor parte de los programas noticiosos y que se eliminen aquellas notas informativas en que terceros no distinguen entre información y opinión.

Tal medida, apuntó, afectará la dinámica de trabajo de todos los medios, tanto públicos como privados, como es el caso de la transmisión de los encuentros en las “Mañaneras” del Presidente de la República, si no hace una clara distinción entre noticia y opinión.

La polémica de este trascendental hecho es el propio Andrés Manuel López Obrador, un gran maestro en Ciencias de la Mentira y la Denostación, que de forma menesterosa, es el encargado de trazar la Agenda Nacional, pero también el que debe clarificar sus oscuras intenciones de controlar a la prensa en general.

La CIRT, en este sentido, hizo un llamado a los tres órdenes del Sistema (Gobierno federal como Ejecutivo, al Congreso como Poder Legislativo y a la Corte, como Poder Judicial, así como al Instituto Federal de Telecomunicaciones), a fin de que esta controversia se pueda resolver con pleno respeto a la Constitución, a los tratados internacionales celebrados por México, y la defensa del desarrollo democrático de los mexicanos, bajo la esperanza que el presidente deje de violentar las leyes y el Estado de Derecho que hoy en día, prácticamente han desaparecido, siendo su “deporte favorito”.

La prensa nacional y la sociedad, para puntualizar, se defienden a ultranza de las sombras de las togas que se han convertido en enemigas de México, con un abyecto sistema de justicia federal que actúa bajo consigna, exponiendo, una vez más, su retrocesión en materia de libertad de expresión.

Los sistemas arbitrarios de los dictadores Adolf Hitler, Iósif Stalin, Francisco Franco, Fidel Castro, Benito Mussolini, Augusto Pinochet, Saddam Hussein, Hosni Mubarak, Muamar el Gadafi, Mao Zedong e Idi Amín Dada, y muchos más que han sido considerados “los carniceros del mundo”, están llamando a la puerta para introducir su retrospección al salvajismo, prohibiendo los derechos y libertades de México.

Por el bien de la República, sin embargo, se espera que los ministros del máximo tribunal federal mexicano —quienes gozan de un salario anual superior a 5 millones de pesos cada uno—, mediante un acuerdo pudieran suspender, unánimemente, la abrupta ley contra los medios electrónicos, con la finalidad de que el Supremo ya deje de ser comparsa del Ejecutivo, entes contables que han venido retorciendo la conceptualización constitucional que aun gobierna a toda la Nación.

Porque, además, la CIRT considera que “es absurdo que desde el Estado se pretenda someter a la radio y la televisión a controles y sanciones burocráticas, que rompan con el flujo y el ritmo de la comunicación...

“Ante esta grave imposición sobre la radio y la televisión, se corre el riesgo inminente de que sean cancelados la mayor parte de los programas noticiosos y que se eliminen aquellas notas informativas en que terceros no distinguen entre información y opinión…

“Tal medida afectará la dinámica de trabajo de todos los medios, tanto públicos como privados, como es el caso de la transmisión de los encuentros en ‘Las mañaneras’ del C. Presidente de la República, si no hace una clara distinción entre noticia y opinión. Estamos frente a un gran retroceso en la libertad de información y de expresión; probablemente el más grave de los últimos 45 años…

“La CIRT y los comunicadores de sus más de 1,400 estaciones de radio y televisión afiliadas, refrendan su compromiso con la audiencia de que darán la batalla para no ser censurados y que haremos uso de todos los recursos legales que la ley nos concede para continuar ofreciendo a la audiencia mexicana contenidos de calidad, ágiles, entretenidos, comprometidos con la verdad y, antes que cualquier cosa, emitidos con total libertad y sin controles del Estado”, consideró finalmente la Cámara referida.

La decisión de la Primera Sala, presidida por la ministra Ana Margarita Ríos Farjat, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al igual que Juan Luis González Alcántara y Carrancá —un ministro que detesta la existencia de periodistas—, impone un criterio que, como señala la CIRT, es imposible de cumplir.

“La Corte debe ser garante de las libertades no enemiga de ellas”, precisaron fuentes periodísticas altamente confiables, pues se recuerda que en los últimos 21 años (2001-2022), han sido asesinados 145 periodistas, tres en este 2022, y en lo que va del sexenio obradorista, han sido 28 los asesinatos, según la organización artículo19.org.

En este recuento, es de hacer notar que de Fox a Obrador, la suma de muertes es alarmante: 22 con Vicente Fox; 48 con Felipe Calderón; 47 con Enrique Peña Nieto; y 28 con el famoso AMLO. En el género de periodistas, han sido 133 hombres y 12 mujeres, lo que convierte la carrera de Ciencias de la Comunicación, en una profesión de alto riesgo.

Veracruz es el estado más peligroso para el periodismo (31), siguiéndole Guerrero (15), Oaxaca (14), Chihuahua (13), Tamaulipas (12); Sinaloa y Sonora, con seis cada uno; Coahuila y Michoacán, con 5 cada uno; Quintana Roo, Tabasco y Baja California, con 4; Durango y Estado de México, con 3; Baja California Sur, Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Puebla y Zacatecas, con 2 cada uno; Nayarit y San Luis Potosí, con uno cada entidad.

Aguascalientes, Campeche, Colima, Hidalgo, Querétaro, Tlaxcala y Yucatán, no presentan periodistas asesinados, hasta el corte de esta fecha.

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