Unidades habitacionales del INVI, reductos de narco-delincuentes

. BLAS A. BUENDÍA. …………………………………………..

La Ciudad de México ha caído dramáticamente en la inseguridad al grado que funcionarios de gobierno, particularmente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia local, han incurrido en la omisión cuyo delito se castiga con la destitución de sus titulares por su calificada incompetencia y vinculación con el hampa organizada.

Los ejemplos son múltiples y no hay autoridad alguna que defienda a la ciudadanía que cada día se ve más agobiada porque el narco menudeo ha tenido un crecimiento incontrolable donde la policía prefiere dejarlo operar sobre todo en las Unidades Habitacionales del Instituto de la Vivienda de la capital, las cuales se han transformado como reductos de la narco delincuencia.

No hay día que a lo largo y ancho de la Ciudad de México, durante las 24 horas, grupúsculos de vendedores de droga en la vía pública, actúen con toda impunidad ante las propias narices de la supuesta policía preventiva y de agentes judiciales que también se han convertido en una calamidad por transmutarse como enemigos de la sociedad.

En la noche del lunes 12 de abril-2023, fue asaltado un joven dentro de la Unidad Habitacional Potrero, donde vive, ubicada en Insurgentes Norte 1274, provocándole severos daños físicos a quien dejaron como “Santo Cristo”.

Las familias reportan que están sumamente desesperadas por el crecimiento de la violencia en la zona por la venta y distribución de enervantes y drogas. Es decir, particularmente en las noches se escucha balaceras dejando una estela de muertos que increíble pero inexplicablemente no son reportados por los medios de comunicación para alertar a la sociedad que se cuide.

Los vecinos comentan que a pesar de las quejas y demandas levantadas ante la autoridad no sirven de nada pues los policías acuden para verificar las denuncias y no actúan pues son sobornados por los propios delincuentes. No miles de palabras para seguir reprochando la actitud de esos malos funcionarios públicos.

Después del ataque contra el joven, los vecinos llamaron a la policía y al Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), mismos que llegaron horas después del llamado de emergencia.

Acusaron que el agresor es conocido en el barrio de la Azcapotzalco, como ANDY “N”, a quien se le acusa de haber golpeado al joven con una pistola, cortando cartucho para cometer su crimen, pero debido a la milagrosa presencia de los vecinos, se le impidió que disparara a quemarropa.

Los vecinos agregaron que ya es imposible vivir en la Unidad Potrero, así como de otras muchas más, pues la venta de droga se incrementó drásticamente con la protección de los "representantes de la ley”.

La comunidad de ese conjunto habitacional indicó que al informar que el agresor se escondió en el techo de uno de los edificios adyacentes, los policías se negaron a subir por él, toda vez que los propios uniformados desvergonzadamente dijeron, “se trató de un intento de homicidio y no estamos facultados para proceder”.

La dirección de la Unidad Habitacional Potrero donde se presentaron los hechos se ubica en Avenida Insurgentes Norte, 1274, colonia Capultitlan, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, cuyo titular Francisco Chiguil, por su parte, ha hecho caso omiso para redoblar la vigilancia en todo el perímetro de su delegación que mal gobierna, y donde ha permitido que el narco menudeo tenga una extraordinaria actividad día y noche, maniobrando con toda impunidad.

Es de hacer notar que el Grupo Parlamentario llamado MORENA, insertado en las tareas legislativa del Congreso de la Ciudad de México, se ha convertido en un elefante blanco por sus actuaciones que son totalmente inservibles al no legislar con el apremio que les corresponde, para castigar a la delincuencia organizada que se ha apoderado de la capital de la república.

La prensa nacional reportó recientemente las 21 unidades habitacionales más peligrosas de la CDMX, donde lógicamente la vida vecinal se ha visto tan afectada que ni la Secretaría de Gobierno puede dominar a los narquitos que venden “el veneno del demonio” a bordo de sus motonetas, mismas que utilizan para cometer ilícitos en contra de automovilistas.

En la Unidad Habitacional Torres de Quiroga, en la colonia Vasco de Quiroga, alcaldía Gustavo A. Madero, se vive con miedo. Se convirtió en un infierno para sus habitantes. Grupos delictivos han despojado de sus departamentos a los legítimos propietarios, se encargaron de cobrar por el uso del estacionamiento, de usar este espacio como punto de venta de droga y de protagonizar balaceras.

La situación se volvió tan insostenible para los vecinos que recientemente las autoridades de la alcaldía, en coordinación con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Guardia Nacional realizaron un operativo para recuperar los departamentos que los grupos delictivos se apropiaron de manera ilegal. Vecinos señalan a La Unión de Tepito como responsable de estos actos.

En enero del 2019 para ingresar a la Unidad Habitacional La Selva, en Iztapalapa, se debía cruzar por una especie de filtro instalado por gente ajena al conjunto habitacional, quienes en la mayoría de las veces consumían drogas y alcohol en las casetas en las que antes había vigilancia privada. Esta situación provocó temor en los vecinos, pues se sentían vigilados.

Todos estos problemas han sido ubicados por la Procuraduría Social, la cual sin embargo, al tratarse de delitos de alto impacto que trascienden la problemática condominal, recurrió a la Secretaría de Gobierno. En estas condiciones se tienen identificadas por lo menos 21 unidades habitacionales en seis alcaldías.

"Sí, es un fenómeno lamentable y sí está ocurriendo mucho en la ciudad, sobre todo en las colonias más populares como Vasco de Quiroga, Tepito, en la Bondojito, por ejemplo. También en Iztapalapa, tenemos muchos problemas porque las bandas delictivas se apropiaron de los territorios y ofrecen supuestamente seguridad a los vecinos o cobran el derecho de piso", alertó la Procuraduría Social (PROSOC).

Entre las unidades habitacionales en las que se han identificado la comisión recurrente de delitos destaca Cobre de México, en Azcapotzalco, y el Centro Urbano Benito Juárez, en la Cuauhtémoc.

Otros casos más graves son el de la unidad CTM Culhuacán, en Coyoacán, donde se ha registrado la venta de droga, invasión de áreas comunes y robo de autos; en Chinampac de Juárez, en Iztapalapa, se ha registrado violencia, secuestro, venta de droga y en Villa Centroamericana, en Tláhuac, robo en general e invasión de departamentos.

La PROSOC se encarga de la dinámica condominal, por lo cual no puede atacar de manera directa casos que constituyen la comisión de delitos, sin embargo, la Secretaría de Gobierno a cardo de Martí Batres, los delitos de alto impacto siguen afectando la vida en las unidades habitacionales.

Otra cosa que se ha presentado mucho es que las personas de la tercera edad son despojadas de sus viviendas y gente que tiene una vivienda y no la habita, son invadidas por cubanos, venezolanos, nicaragüenses y salvadoreños, cuya estancia en territorio mexicano es ilegal.

Trasciende que esos personajes han desvirtuado la calidad de vida de los mexicanos ya que presumiblemente tienen la consigna de investigar y reportar a vecinos que no concuerdan con la política de la Cuarta Transformación, misma que ha sido dominada por el Cartel del Foro de Sao Paulo, para introducir el comunismo en México.