VOX POPULI

La 4ª. esperanza de los mexicanos. Los ciudadanos –pobres sobre todo- soportan en su vida cotidiana y en su cultura la simbiosis entre la miseria y la muerte.

Como supervivientes antagónicos desde hace varios años, ya eran diezmados –masivamente- a causa de padecimientos que en otras regiones del mundo dejaron de ser preocupantes desde el siglo pasado.

Actualmente, son ellos los que ven morir todos los días a sus hermanos por Covid-19 (si es que ellos por suerte reciben un diagnóstico favorable), pero con la intensa campaña divisoria del gobierno, deciden creer que la pandemia ya está cediendo; por ello admiran a un mentiroso compulsivo llamado Hugo López-Gatell y en cambio suponen que el Seguro Popular sólo cambió de nombre por el de Insabi.

El territorio de la esperanza, donde los pobres ven como a una distancia universal, el país se aleja de tener una economía moderna (una que tenga capacidad de exportación, que genera los empleos que la sociedad requiere y proporciona el bienestar suficiente a sus ciudadanos), sabe poco y no le interesa conocer de los ciclos de la crisis, porque a saber, nunca han salido de ellas.

Estos ciudadanos conforman la 4T y por supuesto del eufemismo llamado “economía informal”, lo cual quiere decir que viven al día, que se dedican a arrancarle dinero a la calle, incluso al de al lado -a veces con sesgos de criminalidad-, para llevar alimento a su casa.

Sabe usted…cuántos de los mexicanos que viven y comen de “la esperanza” son reflejados auténticamente en las encuestas que genera una decisión gubernamental…

Sabe usted…cómo votará esa parvada cuando sea convocada a defender su frágil opinión en la “búsqueda” de un mejor futuro, otorgando su Vo.Bo. para engendrar mejores programas sociales…quizás ganará así, nuestro “afamado” Presidente, vender una esperanza que será impalpable…redundando –una vez más- en una derrota moral

formalizada, siendo una vez más una tara regurgitada en el ánimo y progreso de la 4T.

Indudable es que tenemos encima la crisis sanitaria y económica más indubitable en los anteriores 90 años, tal como no ha concurrido virtualmente ningún mexicano vivo.

En el camino de los asuntos políticos, el magnánimo Presidente López Obrador, sostiene entre la población un nivel de aprobación casi encima del 50%, algo tan insólito aun para los países con signos claramente democráticos.

Este fenómeno es producto del manejo populista y la palpable intuición del mandatario, así como el apoyo irrestricto del estrato social más vulnerable, que ocupan el territorio de la esperanza que su mandatario considera repleto de gente con gran corazón y la esperanza que sólo él puede otorgarles –y no loa chairos o fifís-, lo anterior sea dicho con respeto y sin ánimo irrespetuoso alguno